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Todos los capítulos de Unidos por un bebé: Capítulo 71 - Capítulo 76
76 chapters
71
Derek se dio la vuelta y le abrazó con todas sus fuerzas, esta vez dejando que Megan se desahogara y se tranquilizase.Unos minutos después, la chica se fue calmando. Derek no la soltó aun así. Vio que le temblaban las piernas por haber corrido mucho.—¿Quieres sentarte? —preguntó con voz tranquila, contra el pelo castaño de Megan.Ésta asintió, su cara escondida en el pecho del rubio. La tomó delicadamente por los hombros y la guió hacia el banco. La sentó y él se quedó de pie en frente de ella. Megan había dejado de llorar, pero todavía no le miraba a la cara. Estaba encogida sobre sí misma; ya no parecía la mujer imponente que era. Parecía una niña pequeña perdida y asustada. Esperó a que ella comenzara a hablar cuando estuviera preparada.—Tenías razón; Carter no dejaría de amar a Madison aunque consiguiera separarlos y he sido una idiota en pensar lo contrario. Ahora me siento como la peores de las basuras, por haber hecho infeliz a dos personas por mi jodido egoísmo y miedo.
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72
Madison se levantó del suelo a duras penas, ya que se había golpeado la cabeza y todo le daba vueltas. Abrió los ojos y vio que Megan estaba a su lado, reincorporándose también. Mientras, se dio cuenta del ruido que se había producido a su alrededor: gente gritando y chillando, mirándolas con preocupación y llamando por teléfono apresuradamente.Pronto cayó en la cuenta de que había ocurrido un accidente de auto y ellas habían sido salvadas. ¿Por quién? Su mente se aclaró de repente. Carter…Dejó de importarle lo más mínimo su dolor de cabeza y corrió desesperadamente hacia el tumulto de gente que rodeaba al accidentado. No escuchó la voz de Megan llamándola ni vio si la seguía o no; de todas maneras, ella también calló cuando vio el cuerpo.Carter se encontraba a varios metros del auto que lo había atropellado. Un grupo de policías que pasaba por allí ya se había hecho cargo de la situación y no dejaban que nadie se acercara para no empeorar la situación. El conductor del auto se
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73
Carter la dejó llorar. La observó detalladamente, mientras llevaba una ropa distinta y mostraba síntomas de severo cansancio.—¿Cuánto… cuánto tiempo llevo aquí? —preguntó una vez se había calmado. Tenía miedo de la respuesta.—Tres días —respondió Madison secándose las lágrimas.Carter se relajó ante la respuesta. Sabía que la causa de que ella estuviera así era él, y no se hubiera perdonado por hacerle pasar por esto más tiempo.Tras aquella pregunta, ninguno de los dos volvió a hablar. Tenían muchas cosas para preguntarse y muchas cosas que decir, pero en ese momento no podían abrir la boca hasta que alguno de los dos supiera bien qué decir. Y la primera fue Madison:—Megan… Megan se encuentra bien, nos salvaste a las dos —comenzó a decir Madison, con la cabeza gacha y sus puños apretados fuertemente contra sus piernas—. Si yo no hubiera huido, todo esto no habría pasado; yo habría escuchado lo que tenía que decir Megan y tú no habrías tenido que estar aquí ahora. Huí cuando lo q
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74 (final)
Un año después…—Claro que se lo voy a decir, Amelia. Sólo estoy esperando el momento adecuado —decía Madison a través de su celular.Daba vueltas por la gran habitación en albornoz. Desde que estaban de vacaciones en Hawaii, sólo se había puesto bikinis, bañadores y algún que otro vestido que le permitiese ir fresquita por la calle. En la casa de vacaciones que tenía la familia Rogers en aquellas islas estadounidenses, le parecía muy cómodo estar en albornoz y en pijama.—Sí, está bien. Creo que se lo voy a decir ahora —dijo sonriendo inconscientemente, mientras miraba por las cristaleras que daban a la piscina donde Carter se estaba dando un baño nocturno… desnudo—. Bueno, quizás dentro de un rato —cambió de parecer, mordiéndose el labio inferior mientras pensaba en cosas lujuriosas y poco inocentes.En ese momento, Carter dejó de nadar y se sujetó al borde de la piscina que daba al pequeño trozo de playa privada que tenía la casa. La luna brillaba en lo alto del oscuro cielo lleno
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Epílogo 1/2
Siete años más tarde…En el salón de la gran mansión de los patriarcas Rogers (Brandon y Sophie) se encontraban sentados en un sofá a dos chicos jugando concentradamente a un videojuego. El mayor de los dos, que parecía tener unos 15 años, de pelo rubio platino, largo y lacio, con ojos completamente negros y penetrantes, que no dejaba de mirar la pequeña consola que tenía entre las manos. Profería pequeñas exclamaciones cada vez que parecía que estaba ganando.El otro parecía tener unos 11 años y presumía de una cabellera completamente roja de pelo ondulado, acompañado de unos vivaces ojos avellana claro que se desplazaban por la pantalla de otra consola que iba moviendo de un lado a otro en sus manos. Sacaba la lengua por las comisuras de sus labios en señal de esfuerzo.Los dos estaban en empate y no sabían quién sería el ganador hasta que:—¡Steve! —gritó alegremente una dulce vocecilla, proveniente de una niña que acababa de entrar corriendo en la sala.—¡Madeleine! —gritó con
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Epílogo 2/2
Cerca de allí, sentados en unos sillones, sus maridos también discutían sobre el mismo tema.—Pues entre los niños y yo hemos decidido que se llame Reinaldo. Susan no ha puesto ninguna queja, así que con ese nombre se quedará —comentó Pablo, mientras daba un sorbo al café.—A Sienna y Mildred les gusta el nombre de Adriano. Me gusta cómo suena y no se me ocurre otro, así que supongo que se llamará así; si Mildred no le da el cambiazo en el último momento —dijo Jhonny, recordando con pesadumbre que su mujer había escogido concienzudamente el nombre de su hija, para después cambiarlo rápidamente.—Mi hijo se llamará Richard. Madeleine y yo le hemos dado muchas vueltas y de la larga lista de nombres que hizo Madison, yo creo que es el más bonito —contestó Carter, imaginándose a un hermoso niño de pelo negro y enormes ojos verdes.—Cartersito, no me digas que te has dejado llevar por tu intuición; sé lo que estás pensando —dijo Chris en tono burlón, mirándole de reojo.—Cállate, idiota. F
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