Franco:—Disculpa, pero esa decisión no te corresponde solo a ti —inquiero apuntándola con mi dedo índice y ella niega con la cabeza—. Riley no estás sola ¿De acuerdo? No tienes porqué hacerlo.—No es eso... Yo... Yo no estoy preparada para ser madre —musita cavizbaja y deja la cucharilla de su natilla a un lado de la mesita.—Pues yo no estoy de acuerdo con lo que dices, pero tampoco puedo obligarte, siendo sincero yo... Yo no planeaba ser padre.—Lo sé, también he pensado en eso. Franqui, no quiero que un bebé nos ate de por vida ¿Entiendes? —dice buscando mi aprobación con su mirada y derrotado asiento.Tiene mucha razón y no soy quien para cuestionarlo, porque verdaderamente no lo vimos venir. Y aunque detesto el tema "aborto", al igual que mi familia, lo correcto sería dejarlo a decisión de Riley que será quien se enfrentará a un parto o un aborto un día de estos. —Dejo eso en tus manos, no quiero presionarte, estás en todo tu derecho de decidir lo que creas mejor para ti —le ha
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