Hace tres años atrás: Bianca. Trabajar en el burdel era algo agotador, de una forma que muy pocos eran capaces de comprender. El cansancio no era solo físico. Era un cansancio que se llevaba en el alma, mas que en el cuerpo. Los abusos, la violencia, todo estaba teñido de eso. Muchas veces, Bianca se preguntaba si acaso su vida terminaría asi, sometida ante la busca violencia que infectaba a los hombres. Pero no le importaba. Habia nacido de ese modo, en ese mundo, rodeada de violencia y sin otra realidad posible, sin conocer nada mas del mundo. Hasta Jack. Hasta que el llego a su vida, alejando la violencia. De un modo simbólico y literal, si asi se quería pensar. El era muy diferente a todos los hombres que habia conocido. No solo por su deformidad facial, sino por su tacto a la hora de hablar. Jack tenia una amabilidad muy impropia de ese mundo, de aquella realidad que la golpeaba a diario. Jack sonreía y lo hacia con total soltura, como si no tuviera pesos en su alma, como si
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