-¡No es justo!-Gané, te toca.- Mirándolo mal, pero divertida a la vez, mequito la blusa y la lanzo a la cama.Gracias a dios estaba más que vestida.Acabábamos de regresar de esquiar, los demás se quedaron pormás tiempo y Ignacio tuvo la libertad de sugerirme un juego que él y Zed hacíancuando salían con chicas.Muy buena jugada de su parte.Una chamarra, dos suéter, una camisade manga larga, guantes, gorro, calce-tines, botas, y no menos importante,ropa interior. Para mi desgracia Ignacio es muy bueno en las cartas y heperdidomás ropa que él. Ignacio esta en jeans, camisa de mangalarga (estoy segura que debajo lleva otra) y aun lleva puestas las botas ycalcetines más aparte.-Eres buena jugadora, preciosa. Perosoy el segundo mejor en esto -murmura, divertido y luegoseñala mi blusa de tirantes-. Eso quedará fuera.Sentencia y me río. Después de cincominutos y dos partidas más, Collinmaldice. A perdido las botas ycalcetines. Las prendas que son depares las contamos co
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