Por la noche, el médico envió a una enfermera para buscar a Karo, Donatello había despertado y la estaba llamando, la chica acudió seguida.—Veo que mi hombre guapo se ha despertado.—Hola. —Las lágrimas comenzaron a brotar de los ojos del italiano.—Sé que es muy duro lo que estás pasando, es un dolor muy grande, pero necesitas tranquilizarte, has tenido un infarto.—Mi bebé, mi niña, esa maldita mujer la ha matado, no volveré a tenerla entre mis brazos, ella jamás la cuido, jamás le dio un abrazo, siempre estuvo conmigo o la niñera, se ensañó con ella cada vez que pudo, no lo entiendo, era su hija, maldita sea.—Mi amor, lo sé, esa mujer merece el infierno, pero por favor, yo te necesito, nuestro hijo te necesita, debes estar tranquilo, no soportaría perderte.—Perdón mi amor, no es que no piense en ustedes y que no los ame, son mi vida entera, pero también mi pequeña lo era.Karo lo abrazó, y se quedó así por un rato, poco a poco sintió que se fue tranquilizando hasta quedarse dorm
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