Isabella no pensaba quedarse callada, estaba decidida a enfrentarlo, que le dijera a la cara lo que pasaba, no quería creer que él fuera el tipo de hombre que al conseguir lo que quería con una mujer le daba la espalda, ella le había entregado lo más sagrado que tenía, su primera vez, no estaba dispuesta a permitir que se burlara, colocó el café caliente sobre la mesa, después caminó unos cuantos para plantarse frente a él. Don se sorprendió, no creyó que hiciera eso, intentó no mostrar lo que estaba sintiendo, hizo un gran esfuerzo por mantenerse totalmente serio. —¿Pasa algo? —Fingió demencia. —¿Es en serio? —No entiendo. —¡Por Dios, Don! ¿Qué clase de juego es este? Te acuestas conmigo, y después no te acuerdas, ¿Qué te estás creyendo? —Isabella, será mejor que dejemos las cosas así, no quiero causarte daño, más adelante vas a enterarte. —¿De qué? De qué el hombre al que le entregué mi primera vez decidió burlarse, eso me pasa por estúpida, por tonta al imaginar que un hombre
Leer más