Isabella se quedó perpleja al ver quién era su jefe, no podía creerlo, por la mañana había recordado que había besado a aquel extraño, moría de la vergüenza, ella jamás era atrevida, se sintió mejor al pensar que jamás volvería a verlo.—Buenos días señorita, efectivamente, ha llegado tarde en su primer día de trabajo, espero no vuelva a repetirse, no es propio de una secretaria de presidencia hacerlo, usted debe estar aquí unos minutos antes de que yo llegue, así podrá tener una copia de mi itinerario sobre mi escritorio para que no haya atrasos. —La chica suspiró aliviada, por la manera en la que le habló, pensó que quizás no la había reconocido.—Lo siento señor, será como usted ordene.—Ahora vaya a su lugar, en la computadora encontrará una dirección de correo, ahí le enviaré enseguida los por menores de su trabajo, y algunas cláusulas de cómo es la manera en la que trabajo, para que no tengamos problemas.—Enseguida señor. La chica por los nervios, al dar la vuelta, tropezó con
Don tenía el presentimiento de que la chica mentía, había notado que el barrio donde vivía la chica parecía ser peligroso, ni él mismo sabía porque sentía la necesidad de averiguar qué era lo que le había pasado a la chica, llamó a Daniel de inmediato para que fuera a su oficina.—¿Qué es lo qué pasa? ¿Cúal es la prisa?—Necesito que me hagas un favor muy grande.—Si está en mis manos, sabes que cuentas con ello amigo.—Podrías hablar con tu amiga la azafata, mi secretaria ha llegado golpeada, me ha dicho que se ha caído, esos golpes no parecen ser de una caída, más bien creo que alguien la ha golpeado, no siente la suficiente confianza como para decirme.—Le llamó ahora mismo. —Daniel marcó, la azafata le contestó enseguida.—No se si debería decírtelo.—Don solo quiere ayudarla, ¿Qué es lo que en realidad le ha pasado a esa chica?—Está bien, solo no digan que yo sé los he contado, por favor digan que lo han investigado en otro lado, anoche después de que su jefe la trajo a casa, su
Tal parecía que su jefe presentía que ella no los aceptaría, y estaba en lo correcto, había pensado en devolverlos al otro día.—¿Qué es todo eso, chica? Aún no es navidad y el gordo de barba blanca no suele venir por este barrio. —La azafata preguntó con curiosidad.—Lo ha enviado mi jefe, no tengo ni idea de lo que contienen estás cajas.—Tan fácil como abrirlas para averiguarlo.Las dos chicas se sorprendieron, en aquellas cajas habían cosas de ensueño, un lindo y elegante vestido largo, ajustado, rojo fuego, unos zapatos de tacón color plata, al igual que accesorios y un bolso del mismo color.—Pero mira nada más, ese hombre sí que se ha lúcido, no se parece en nada a Daniel que no me ha regalado ni tan solo un chicle.—No puedo aceptarlo, aún conservó algo de ropa que me permitieron sacar de la casa.—De ningún modo irás a esa gala vestida con esa ropa enorme, tu padre te amaba tanto que sus celos no le permitían ver que con esa ropa provocaba burlas de tu persona, te pones ese v
Isabella recordó cuando después de la muerte de sus padres, su tío la visitó en su casa esa noche, notó algo diferente en su comportamiento. Estaba más serio de lo normal, y parecía tener algo en mente que lo tenía preocupado.Después de la cena, su tío le pidió hablar, y le explicó todo, le contó que había recibido una carta de un abogado que decía que Isabella no era hija biológica de sus padres, y que había sido adoptada por su familia.Isabella no podía creer lo que acababa de escuchar. ¿Cómo podía ser posible que su vida hubiera sido una mentira todo este tiempo?Su tío continuó explicando que estaban investigando para encontrar a su verdadera familia, pero que mientras tanto, debían mantener todo esto en secreto para evitar el escándalo.Isabella se quedó en shock durante unos minutos, tratando de asimilar toda la información. Su tío la abrazó y le dijo que la amaba y que siempre estaría allí para apoyarla en todo lo que necesitara. Después de la conversación con su tío, Isa
El día de la cena, Don se sentía nervioso, esperaba a Isabella recargado sobre su auto, la chica estaba tardando un poco, al ver que no llegaba, decidió acercarse al departamento para buscarla, al hacerlo, pudo escuchar la voz de Marjorie, ¿Es qué esa mujer no se cansaba de estar molestando?—¡No te mereces nada de lo que tienes! ¡Solo estás con él por su dinero! —Marjorie gritaba, completamente exaltada.—¿Qué estás diciendo? ¡Nunca he estado con él por su fortuna! —Isabella sabía que tenía que seguir con la mentira ante su prima, tal y como se lo había indicado su jefe.—¡Mentira! Si fuera por ti, no estarías con un tipo tan aburrido como él, o tal vez lo has hecho tan solo por molestarme, nunca has soportado que sea más bella que tú, la fortuna de Don me pertenece, no debiste interponerse.—¡Qué está pasando aquí! ¿Por qué estás atacando a mi prometida? —Afortunadamente la puerta estaba entreabierta, Don se había acercado decidido a tirarla.—¡Esta no es nada tuyo! Solo está contig
Karo decidió hablar con su hijo respecto a Isabella, no podía sacar de su mente la idea de que la conocía desde antes.—Don, necesito hablar contigo respecto a Isabella. —Don levantó la vista del libro que estaba leyendo y miró a su madre con interés.—¿De qué se trata, mamá? —Karo respiro profundamente antes de continuar.—No puedo dejar de decir que conozco a Isabella desde antes, no sé como explicarlo, pero siento que hay algo que se nos está escapando.—¿Has intentado preguntarle directamente?—Sí, pero ella dice que no recuerda haberse cruzado conmigo antes.Bueno, eso podría ser posible, quizás te parezca una persona familiar porque tienes cierta afinidad con ella.—Quizás tenga razón —dijo Karo, pensativa —solo espero que esto no sea una tontería de mi parte.—No lo creo, mamá, sí sientes esa conexión, debe de ser por algo, ¿Qué tal si pasas más tiempo con ella y ves que ocurre? Tal vez podrías descubrir algo más.Karo asintió, agradecida por el consejo de su hijo.—Me parece b
Isabella no pensaba quedarse callada, estaba decidida a enfrentarlo, que le dijera a la cara lo que pasaba, no quería creer que él fuera el tipo de hombre que al conseguir lo que quería con una mujer le daba la espalda, ella le había entregado lo más sagrado que tenía, su primera vez, no estaba dispuesta a permitir que se burlara, colocó el café caliente sobre la mesa, después caminó unos cuantos para plantarse frente a él. Don se sorprendió, no creyó que hiciera eso, intentó no mostrar lo que estaba sintiendo, hizo un gran esfuerzo por mantenerse totalmente serio. —¿Pasa algo? —Fingió demencia. —¿Es en serio? —No entiendo. —¡Por Dios, Don! ¿Qué clase de juego es este? Te acuestas conmigo, y después no te acuerdas, ¿Qué te estás creyendo? —Isabella, será mejor que dejemos las cosas así, no quiero causarte daño, más adelante vas a enterarte. —¿De qué? De qué el hombre al que le entregué mi primera vez decidió burlarse, eso me pasa por estúpida, por tonta al imaginar que un hombre
Isabella estaba analizando lo que Don le había dicho, en su lugar, ella hubiera hecho lo mismo, pensar que podría haber sido su hermano, y que había pasado una noche con él, le aterrorizaba. Pero al mismo tiempo, sabía que los sentimientos que tenía por él eran reales y profundos. —Don, no sé qué decir —susurró ella finalmente. —No tienes que decir nada, solo quiero que sepas que lo siento mucho y si pudiera volver atrás en el tiempo, lo haría. —¿Qué piensas hacer ahora? —preguntó Isabella, todavía mirándolo fijamente. —No lo sé. Solo sé que no quiero perderte, eres lo mejor que me ha pasado en la vida y te necesito. Isabella suspiró, sabiendo que tenía sentimientos contradictorios, pero en ese momento, solo quería estar cerca de él. —Ven aquí —dijo, abriendo sus brazos. Don se acercó a ella y la abrazó con fuerza, ambos se quedaron en silencio por un momento, disfrutando de la cercanía del otro. —¿Y si intentamos empezar de nuevo? —propuso Don al fin. —¿Qué quieres decir? —