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Todos los capítulos de Dulce pecado: Capítulo 31 - Capítulo 40
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30. Divina tentación
MalcomSoy testigo de cómo todo en ella cambia al escucharme. La manera en que su espalda se endereza, la forma en que sus músculos se tensan, su quijada se contrae y su mirada se desvía de la mía, como si no pudiera soportar mirarme a los ojos. Soy testigo de cada una de estas acciones en la niña buena, mientras que siento como la rabia empieza a formarse dentro de mi, porque puede que yo no sea psicologo, pero tampoco soy estúpido y su actitud solo me demuestra lo que ya sospechaba: Le hicieron algo.No quiero presionarla a que me de una respuesta ahora mismo, pero tampoco quiero dejar el tema olvidado, por lo que decido dejarlo a su elección, pero dándole un pequeño incentivo.—No tienes que decirme nada que no quieras, niña buena— ella sigue sin mirarme, por lo que llevo mi mano a su rostro y con cuidado hago que me mire—Qué te parece si hoy nos tomamos el día para salir y disfrutar de la ciudad, si al final de la noche te sientes cómoda para hablar entonces yo te escucharé y tam
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31. Príncipes y lobos
JulsEl corazón me está latiendo muy, muy fuerte. Y es que nunca, en mis veintidós años de vida, había tomado la iniciativa con un hombre, pero hoy simplemente no pude evitarlo. Estoy cansada de resistirme, de simplemente ser una espectadora. No quiero seguir en la banca. No mentí cuando dije que él es mi dulce pecado. Lo ha sido desde el primer momento en que lo vi. Dios, es que parece que hubiese sido hecho para poner a prueba mi resistencia, al igual que mi paciencia, y debo admitir que los prejuicios no fueron solo de parte de él al catalogarme niña buena. Yo también creí que él no era más que un imbécil millonario que solo le importaba él mismo. No he podido estar más equivocada. Malcom no ha hecho más que cautivarme, aunque de una manera poco convencional. Me ha mostrado en estos pocos días que puedo vivir mi vida como a mí me plazca y que no por eso debo sentirme mal.Termino de ajustar mi vestido, porque evidentemente no iba a salir a pasear por París con la ropa de vuelo. Y
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32. Ven conmigo
MalcomLa cara de Juls ahora mismo no tiene precio. Luego de haberla llevado al restaurante, pensé que iba a ser complicado superar esa impresión, pero viendo ahora cómo sus ojos están brillantes y su sonrisa enorme ocupa todo su rostro, veo que me equivoqué. Ella parece vibrar de la emoción y el solo hecho de verla así me tiene sonriendo como un idiota, mientras la tomo de la mano y nos guio hacia donde está el yate que me encargué de reservar.Hace mucho tiempo que no hacía este tipo de cosas. Preparar un viaje con una chica, hacer planes para impresionarla… Joder, hace mucho que no busco impresionar a nadie. Después de ella toda mi vida sentimental se resumió ha tener sexo sin compromiso, a masturbarme como loco y a consumir lo primero que me ofrecieran. En resumidas cuentas, era un asco. No voy a mentir y decir que desde el momento en que vi a la niña buena supe que esto pasaría porque sería mierda, de hecho lo primero que sentí al verla por primera vez fue irritación. Toda el
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33. No voy a irme
JulsDecir que estoy nerviosa se queda corto. Sigo a Malcom por la cubierta del yate hasta que llegamos a las escaleras que llevan a la parte inferior y lo que él denominó “la zona de descanso” por cada paso que doy siento como mi corazón golpea con fuerza dentro de mi pecho.No se qué se supone que deba esperar de esta sopresa y me asusta pensar que mi debil y tonto intento de coqueteo vaya a resultar jugandome una mala pasada.Cuando llegamos al piso caminamos por el pasillo hasta que Malcom abre una de las puertas y es ahí, justo en el momento en que veo lo que hay dentro, cuando los nervios y el miedo por lo que veo y dónde estoy me golpea. Una habitación. Malcom me ha traído hasta una habitación, él ya se encuentra del todo dentro y lo veo llegar hasta enfrente de la cama y empezar a mover las sábanas dobladas en forma de pato o cisne, no tengo idea de que sea, mientras que mis pies parecen haber quedado anclados al suelo.Creo que de mí acaba de salir algún tipo de sonido o ex
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34. Estoy rota
Lentamente aflojo el agarre que tengo sobre su cuerpo y doy un tentativo paso hacia atrás para liberarlo y es así como veo como el cuerpo de Malcom se gira y en menos de dos segundo tengo esos hermosos ojos azules viendome con fijeza.Recorren cada centímetro de mi rostro, deteniéndose en mis lágrimas que corren libres por mis mejillas, hasta que terminan fijos en los míos, su mirada parece menos enojada que hace un momento, pero sigue pareciendo distante y Dios como lo odio.—Lo lamento— vuelvo a decir como disco rayado y él solamente me mira. Sus ojos parecen querer atravesar mi cabeza y saber todo lo que tengo dentro.—¿Qué es exactamente lo que lamentas, Juls?— Nunca pensé que extrañaría tanto un apodo como ahora, porque justo en estos momentos quiero oírlo llamarme niña buena, en lugar de Juls.No se como empezar a explicar la situación. Cómo decirle que el miedo que he sentido no ha venido de él, sino del hecho de que la situación me trajo malos recuerdos. No se como hacerlo p
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35. La segunda sorpresa
MalcomMe duele. Siento un escozor atravesar todo mi pecho e instalarse duramente en mi corazón, mientras sostengo a Juls contra mi. Ella, aunque ha dejado de llorar, está temblando mientras se aferra con todas sus fuerzas a mi cuerpo y eso me está matando. Cuando la traje aquí abajo imaginé que las cosas iban a terminar muy, muy diferente, pero Dios, nunca imaginé, ni por un segundo, que ella iba a sentirse así. No pensé que el miedo la persiguiera, que el trauma era tan grande. Tengo tantas ganas de saber quién es el hijo de puta que la ha lastimado y hacerlo pagar, que puedo sentir como mi cuerpo tiembla de la rabia que estoy conteniendo.Ella estaba aterrada, Joder, aterrada de verdad y la manera en que me dijo “no eres él” fue directo a mi corazón y en ese momento, fue en ese instante en el que supe que ya no iba a seguir tratando de mentirme al decir que esto era algo ocasional, la verdad es que me importa un bledo no ser el principe de los cuentos, porque me he dado cuenta qu
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36. Estamos enloqueciendo
MalcomJuls está llevando el bikini de dos piezas más recatado de los dos, es de un lindo color aguamarina y se ajusta a su piel acaramelada de manera perfecta.Encima tiene puesto una salida blanca manga larga que debe estár haciendo poco para protegerla del frio, pues viene con un escote arriba que me deja ver un poco los triangulos de arriba que revelan todo lo que esconde la niña buena y cuando mis ojos empiezan a bajar, puedo sentir como la sangre se me calienta, porque Joder, ella es un maldito paraiso. Sus ojos se fijan en mí y noto con placer como su cuello y mejillas se sonrojan al verme, pero no se echa para atrás. Me sostiene la mirada mientras juega con sus manos en un acto de nerviosismo que me tiene sonriendo como idiota.Camino hacia ella con pasos lentos y siento como la sonrisa empieza a crecer en mi rostro, pero no puedo evitarlo. Ella no se ha movido un solo centímetro de su lugar, sus ojos siguiendo cada uno de mis movimientos y admirando mi torso desnudo y joder
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37. Tú me encantas a mí
JulsNi siquiera tengo tiempo de asimilar bien sus palabras cuando vuelvo a sentir sus labios sobre los míos, esta vez mucho más hambrientos que hace un momento, y Dios la verdad es que me estoy volviendo adicta a sus besos, por lo que abro mi boca sin queja alguna para recibirlo. El beso es fuerte, profundo y me tiene jadeando, en especial cuando siento su lengua rozar la mía en una caricia que me hace estremecer y gemir al mismo tiempo.Mis manos curiosas empiezan a moverse por su cuerpo mojado, sintiendo cada uno de los músculos de su abdomen hasta que las llevo hasta su cuello y las enrosco ahí con tanta naturalidad, que se que debería sentirme preocupada, pero la verdad es que no me importa. Ese es el efecto que él tiene sobre mí, hace que todo deje de importarme.Sus manos bajan de mi espalda a mi cintura y las siento moverse más abajo hasta que rozan mi trasero, y eso hace que mi parte más sensible palpite con fuerza y un gemido vergonzoso salga de mi, pero no tengo tiempo d
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38. Lo quiero
MalcomA pesar de todo lo sucedido, el paseo terminó bastante bien. Aunque el inicio no fue el esperado y sigo esperando mi oportunidad para saber quién es la basura que ha lastimado a Juls y qué mierda fue lo que le hizo con exactitud, el resto de la tarde terminó por eclipsar lo malo. Ella disfrutó completamente tanto del rato en la piscina, en donde prácticamente mi miembro estaba por explotar, como del atardecer, que era la principal razón por la que quería traerla. Ya son las cinco de la tarde y estamos de regreso en tierra firme, ambos nos hemos vuelto a cambiar pero sé que el frío lo seguimos sintiendo hasta en los huesos, por lo que decido que lo mejor es regresar de momento al hotel y descansar un poco. Además, no olvido la petición de la buena niña, y ciertamente pienso cumplir mi promesa.Ella está de pie a mi lado sosteniendo con fuerza su abrigo que no la cubre para nada mientras yo le entrego las llaves al idiota mirón que más tempranos nos hizo entrega, lleva el cabe
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39. ¿Qué te hizo?
MalcomEn los veinte minutos que dura el camino al hotel puedo notar que la niña buena está más nerviosa de lo que quiere aparentar. Cada tanto estruja sus manos y sus ojos van cada dos segundos hacia donde me encuentro, solo para desviar la mirada de inmediato como si no quisiera que yo lo notara. Por mi parte me he mantenido sereno. No es un secreto que ella me pone tan duro como una piedra y que al parecer despierta en mí un instinto de protección que no había tenido nunca con nadie fuera de mi familia. Pero no quiero que esté predispuesta, no quiero que piense que voy a llegar simplemente a desnudarla y comermela viva. Que, aunque es lo que quiero, también quiero que ella lo disfrute. Que se sienta cómoda y feliz.Cuando bajamos del uber sin preguntar la tomo de la mano para llegar juntos a la habitación. Ella me regala una mirada curiosa y yo simplemente me limito a sonreírle y me complace notar que ella se relaja un poco cuando me regresa el gesto. Al momento de entrar en
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