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Todos los capítulos de Dulce pecado: Capítulo 41 - Capítulo 50
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40. Eres mía
MalcomMi voz ya no se escucha tan calmada y pausada como quiero, pero a estás alturas es imposible conseguirlo.Ella intenta alejar la mirada de mi, pero yo sostengo su rostro entre mis manos y hago que sus ojos impacten con los míos.—Nada de lo que haya pasado es tu culpa— le digo y me mata, en realidad me mata ver cómo sus ojos se enrojecen— Yo estoy aquí para ti, pequeña. Para escucharte, para apoyarte y para ser y hacer todo lo que tu quieras.Ella toma un respiro profundo y cierra los ojos por unos segundos antes de volver a abrirlos y dejar su mirada fija en la mía.—Él empezó a prohibirme cosas— me dice y tengo que obligarme a no maldecir en voz alta para evitar alterarla—No me permitía tener amigos, ya fueran hombres o mujeres porque decía que me iban a llevar por el camino del mal, todo empeoró cuándo quiso alejarme de Margot y yo por primera vez me negué, él realmente la odia, Malcom. Dice que es un demonio puesto por satanás para tentarme, yo le dije que eso era absurdo,
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41. Quiero al lobo feroz
Juls“Porque eres mía y yo soy tuyo” Las palabras de Malcom se repiten con fuerza dentro de mi mente y aunque tal vez me debería alertar por el tinte posesivo en ellas, lo cierto es que nunca me he sentido tan segura, querida y libre como cuando estoy con él. Mis ojos no dejan de mirarlo y aunque se que en estos momentos debo verme desastrosa: con el rostro golpeado, la nariz enrojecida y los ojos hinchados, él me está viendo como si fuera lo más bello que ha visto jamás.Como si fuera la única Coca Cola del supermercado y eso está muy alto en la lista de mis cosas importantes, eso me hace sentir especial.Cuando llegamos al hotel pensé que las cosas iban a ser muy distintas. Pensé que había llegado el momento de aprender todo eso de lo que todo el mundo tanto habla, pero en su lugar terminé confesando mi más grande secreto a una persona con la que, aunque conocí hace tiempo, no llevo más de diez días de estar hablando y por extraño que parezca me sentí bien. Fue como haberme saca
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42. La fiesta está comenzando
MalcomTener a la niña buena acostada en una cama con mi cuerpo cubriendo el suyo y sus piernas rodeando mi cintura es, desde hace poco, uno de mis momentos preferidos. Sentir su figura pequeña, suave y firme ajustar a la perfección contra mi, hace que mis instintos más animales salgan a florecer. Y eso es justo lo que está sucediendo ahora. Decir que me sorprendieron sus palabras sería quedarme corto. Escuchar de sus labios decir que quiere que le haga todo eso que se ha perdido fue como haber puesto un interruptor en mi miembro y encenderlo. Ella me prende de una manera que nunca nadie había hecho antes.Siempre supe que ella estaba llena de pasión y que así mismo trataba con mucha fuerza de contenerla, pero para ser sincero, creí que se demoraría un poco más en dejarla salir. Al parecer me equivoqué. No es la primera vez en todo caso, me equivocó más de lo que me gustaría, en especial cuándo se trata de ella. Mis ojos van hacia la pequeña mujer debajo mio y recorro con delei
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43. Voy a dartelo
MalcomLa respiración de Juls se agita al escucharme, sus piernas están temblando a cada lado de mi cuerpo y puedo sentir el olor de su excitación aún a través del pantalón de chándal, y ¡Maldita sea! simplemente quiero enterrar mi cara entre sus piernas y probar todo de ella.La niña buena no ha apartado su mirada de la mía y aunque se nota un poco nerviosa, sus ojos me dejan ver que el deseo y la excitación son mucho mayores en estos momentos. Sin apartar mi mirada de la suya tomo en mis manos el elástico de su pantalón y puedo notar el momento exacto en que ella retiene la respiración consiguiendo que una sonrisa maliciosa se forme en mis labios.—Levanta ese trasero para mi, niña buena.Juls muerde con fuerza su labio y su rostro enrojece aún más al escucharme, pero no se queja ni se arrepiente, no, la niña buena obedece elevando la pelvis para mi y permitiendo que de un solo tirón baje por completo el pantalón. La delicadeza no es exactamente mi destreza más fuerte. Ella deja
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44. Te quiero sentir
MalcomElla me mira sin comprender mis palabras, pero no se niega, simplemente parece curiosa.—¿A qué te refie… Juls corta sus palabras en el segundo en que me ve ponerme de pie y sacarme sin ningún tipo de ceremonias el suéter. Sus ojos barren mi piel deteniéndose en mis tatuajes y yendo más abajo hacia mi abdomen marcado, gracias a largas horas de entrenamiento, hasta llegar al lugar en que mis manos sostienen la liga del pantalón.Sin darle tiempo a pensar los bajo del todo quedando únicamente en bóxer frente a ella, con una muy, pero muy notable erección a la vista.Dudo entre si desnudarme por completo o no, y teniendo en cuenta que no vamos a llegar tan lejos decido no tentar a la suerte y dejarlos puestos.Antes de que pueda decirme algo más, me acerco a la cama y apoyo una rodilla a su lado antes de bajar mi rostro al suyo y dejar un pequeño beso en su boca.Ella no separa sus ojos de mi y joder en el momento en que ella deja salir un suspiro no lo aguanto más y subo lenta
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45. Estamos saliendo
JulsMaravilloso. No tengo otra palabra para describir lo que acaba de pasar. Siento que todo mi cuerpo ha quedado en pausa luego del maravilloso orgasmo que acabo de tener y Dios bendito, nunca pensé que podría llegar a sentir tanto. Han sido tantas emociones y tanto placer, que siento como si nada fuera real. En el pasado, las pocas experiencias sexuales que llegué a tener nunca se sintieron así y eso que fueron con quien en ese entonces decía ser mi pareja. Hoy no hubo dolor, no hubo incomodidad, todo fue… perfecto.Malcom se encargó de que lo fuera, y no estoy hablando solo de la maestría de sus manos y su boca, la cuál me dejo extasiada, sino de él en general. De la manera en qué me hizo sentir segura. Cómo logró que me sintiera querida, aún cuando sé que no es mi pareja, pero es algo que simplemente no puedo evitar sentir, en especial, cuando al terminar se encargó de limpiar mi cuerpo y me abrazó contra él, lo hizo con tanta naturalidad que fue inevitable no responder al ge
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46. Buenos días
MalcomDespertar junto a la niña buena es algo que no estaba en mis planes cuando volví a poner en ruedo mi vida. De hecho estaba bastante seguro de que no habrían mujeres en mis planes, al menos de manera comprometedora, por lo menos en los próximos dos años, pero aquí estoy, tendido en una cama con el amanecer de fondo y mis ojos fijos en la pequeña silueta que se encuentra aferrada a mi pecho como si fuera su salvavidas personal y no voy a negar que me siento malditamente bien al sentirla contra mi.El día de ayer fue un completo sube y baja. Desde que llegamos al hotel y ella se molestó al ver que dormiríamos juntos, hasta cuando terminamos enredados en esta misma cama con mis dedos dentro de su vagina y sus manos aferradas a mi cuerpo. Joder, no tengo palabras para explicar como me sentí al poder tocarla libremente. Al ser el responsable de sus gemidos, al sentir como se mojaba por mi y para mi. Solo recordarlo me pone duro y eso sin contar la erección matutina que estoy carga
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47. Eres deliciosa
JulsMalcom tiene pensado matarme. Debe ser así, porque cada vez que me toca siento que mi corazón se acelera al punto que creo que estoy a punto de sufrir un paro y mi cuerpo entero se enciende como si estuviera a punto de ebullición. Justo como está pasando ahora. Siento sus manos recorrer mis caderas y subir hasta mi cintura y en cada pequeño lugar que tocas es como si brasas ardientes recorrieran mi cuerpo. Su boca está dejando una estela de besos desde la parte baja de mi espalda y continúa hasta el inicio de mi trasero, es ahí cuando mi respiración se corta y es casi paro cardiaco se hace más fuerte.Quiero decir algo, lo que sea! que se detenga, que vaya más rápido, que me siga besando, pero lo único que sale de mis labios es un balbuceo ridículo que consigue avergonzarme y hace que el hombre a mis espaldas se ría.—Usa tus palabras, niña buena.Puedo escuchar la risa en sus palabras, pero aún así no conseguí decirle nada de lo que quiero, sin embargo, tengo otras formas de h
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48. Más que lista
JulsDios amado, no puedo creer que ahora mismo me encuentre alistándome para ir a conocer a uno de mis más grandes ídolos. De acuerdo, sé que esta es la razón por la que vine, pero debo aceptar que en algún punto creí que no llegaría a ser verdad y el hecho de que esté tan cerca de conseguir hacer realidad uno de mis sueños me tiene completamente alucinada.Malcom y yo desayunamos aquí mismo en el hotel y matamos el tiempo hablando de todo y nada, o bueno, más bien yo hablaba mientras que él trataba de calmar mis nervios, sobra decir que no lo consiguió, porque sigo igual de nerviosa que antes, pero valoro el gesto. Me doy una última mirada en el espejo notando mi look casual pero a la vez profesional que he traído justo para este momento. Llevo un pantalón de sastre, azul de bota recta, que me costó una fortuna y que he estado reservando para un momento como este, junto a una camisa de mangas largas negra y junto a un blazer que hace conjunto con el pantalón y que se ajusta perfe
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49. Jack Ridieri
MalcomVer la emoción de Juls sencillamente no tiene precio. Ella parece vibrar de la adrenalina mientras caminamos hacia el reservado donde Jack debe estar esperándonos. Gracias al cielo él ha escogido un lugar tranquilo donde podemos tener un espacio privado y pasar desapercibidos, porque lo último que quiero es que traiga consigo una feria de paparazzi que sé solo terminarán por jodernos el rato y por consiguiente hacer que la niña buena pierda su entrevista.No sé en qué momento me he convertido en este hombre que quiere complacer a una mujer y la verdad es que me asusta. Lo hace con más fuerza de la que quiero admitir, porque ya he pasado por esto antes y no ha terminado bien. Por el contrario me llevó al peor momento de mi vida, ha convertirme en una versión de mi mismo que odio y quiero olvidar.Miro de reojo a la chica a mi lado y Dios, quiero, en verdad quiero tener la fuerza suficiente para cortar cualquiera sea el vínculo que esta creciendo entre nosotros, porque sé que
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