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Todos los capítulos de Juego De Amor : Capítulo 31 - Capítulo 40
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Capítulo 31: Vueltas en mi cabeza
MonserratCreo que está noche no voy a pegar el ojo, la escena de Alberto me sigue dando vueltas y vueltas en mi cabeza y no sé si pueda aguantar no caer en llanto, sé que lo de él y yo nunca se ha dado pero yo empezaba a sentir algo por él y creo que de eso se aprovechó, bueno el tal vez no se dio cuenta de lo que estaba provocando en mí, pero todos esos sentimientos se van a morir ahora mismo porque no me voy a permitir sufrir por nadie, así que me levanto ya que casi no puedo dormir me pongo una bata y salgo de mi habitación bajó las escaleras y salgo al jardín pues desde pequeña siempre cuando algo me preocupa o me agobia me gusta caminar descalza sobre el césped mojado, es lo único que me hace sentir viva y que todo se va a solucionar.—No puedes dormir mi niña. —Al sentir la voz de Lilia y los brazos de ella sobre mi espalda, niego con mi cabeza pues no quiero que ella se preocupe por mí.—No solo quise dar una vuelta y ya ahora vuelvo a mi cama —respondo un poco nostálgica deja
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Capítulo 32: Sus ocurrencias
“Aquellos ojos verdes de mirada serena, dejaron en mi alma eterna sed de amar… Anhelos de caricias de besos y ternuras. De todas las dulzuras que sabían brindar”. Me quedo con mis ojos de par en par pues escucho Alberto cantar una estrofa de la canción dejándome completamente anonada pues creí que no sabía cantar o al menos hace unos instantes no lo sabía es más dio un grito que nos dejó aterrados a todos no por que no haya asustado si no todo al contrario ya que parece un profesional mejor dicho un espero en la materia podría jurar que el prestigioso licenciado Alberto Cáceres en su otra vida tuvo que ser un excelente mariachis lástima que no me impresiona cómo lo está haciendo como n mi Nana Lilia ya que ella tan pronto dio el grito de mariachi por poco corre a sus brazos y se le echa encima.Pero bueno hay que acabar con esta payasada pues no pienso quedarme toda la noche escuchando a un grupo de borrachos cantar y no lo digo por lo cantantes ya que es su profesión y lo hacen exce
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Capítulo 33: Y ahora ¿Qué hago?
AlbertoMiro la cara de furia de Montserrat y la verdad hasta a mí me dan ganas de irme también, pero no puedo después de todo lo que me atreví hacer, ni en mis peores momentos me hubiese imaginado llegar totalmente ebrio a la casa de Monserrat a pedir perdón, solo sé que tomé el teléfono y me contestó Carlos.Inicio flashback—Si diga. —Escucho la voz de un hombre al otro lado de la línea y la verdad no reconozco esa voz, de Pablo no creo que sea de él además la voz del hombre que me acaba de contestar es bastante joven.—Si por favor necesito a Monserrat —digo, pero aquel hombre no responde nada solo se queda en silencio, cosa que me preocupa pues me temo lo peor hasta ya me dieron celos.—Señor Alberto Cáceres, ¿Es usted?, Soy Carlos el novio de Mónica no sé si usted me recuerde, pero usted nos ayudó la otra vez que me golpearon. —Mi alma vuelve al cuerpo al escuchar que la persona que me contesta es el novio de Mónica, la hermana de Montserrat.—Hola, ven necesito saber cómo está
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Capítulo 34: Siempre peleando
MonserratLa verdad me da rabia ver la falda de cinismo de las personas, veo que ya todos ya se marcharon bueno casi todos ya que el único que falta que se marche es Alberto quien por lo visto no piensa hablar solo agacha la cabeza como si yo le fuese a pegar.—Y es que usted no se piensa ir, o quiere una invitación a cenar —digo indignada, pues después de lo que hizo lo mínimo que me merezco es que me deje tranquila, pero el señor sigue aquí parado mirándome.—No, no me pienso ir sí que menos me hayas escuchado, al menos merezco que me escuches no crees. —Lo dicho a este hombre el cinismo lo lleva en las venas, camino alrededor de él como cazador a su presa pues tengo que hacer algo para que se marche de una buena vez, será que él no ve que no lo quiero ver ni en pintura que su sola presencia me incómoda, que lo único que quiero es poder sacarlo de mi casa al igual que de mis pensamientos, pero no el señor sigue aquí mirándome fijamente, si no es por qué está completamente ebrio dirí
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Capítulo 35: Segundo round
AlbertoYa llevo prácticamente 15 días y no veo a Monserrat por más que la he buscado nunca la encuentro he ido hasta su oficina y su secretaria siempre me la niega no sé porque se esconde de mí, es cierto hice cosas de las cuáles hoy me arrepiento pero ella no colabora mucho es más después de que Pablo llegó de su viaje pensé que la iba a ver pero no, ella a echo todo lo posible para no verme si tan solo supiera que muero por verla por estar cerca de ella que me fascina cada vez que rueda sus ojos pero la verdad no sé qué más hacer, por ahora solo esperar que pasen estos dos días para poder verla pues en solo dos días va ser por fin mi esposa y se que también mi mujer.—Señor Cáceres el señor Navas pide verlo en su oficina.Entra mi secretaria a visar que mi queridísimo suegro quiere verme, me imagino que ya se enteró que Monserrat cancelo todo lo que él había planeado tanto la fiesta de compromiso y la despedida de soltera y creo que por una parte fue lo mejor en si ella no se sent
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Capítulo 36: La boda
MonserratNo puedo creer que hoy vaya ser el día más infeliz de toda mi vida, siempre escuché que el día de tu boda siempre era el más feliz pero en mi caso va ser el más infeliz ya que hoy fuera de estar muerta por dentro también muere todo mi ser, ya que lo que siento por Alberto nunca lo voy a poder hacer realidad, me miro al espejo y veo que una lágrima resbalando por mis mejillas, aunque sienta que este día es el más triste de mi vida hubiese querido que mi madre estuviera aquí junto a mí .—¡Wow Montse estás demasiado hermosa! —dice Mónica con lágrimas en sus ojos, al ver que ya estoy completamente lista, me miro al espejo nuevamente y no puedo creer que me dejara convencer de Mónica y casarme de blanco aunque hubiese preferido casarme de negro, pero bueno mi hermana tiene toda la razón a si me muera por dentro siempre con la frente en alto con ganas de comerme el mundo, y así me haya desilusionado de Alberto Cáceres al menos voy a tener la dicha de que no voy a dejar que Albert
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Capítulo 37: Desplantes
AlbertoLa miró una vez más y no puedo creer lo hermosa que es, nunca creí ser tan afortunado para encontrarla a ella en mi camino, sé que ella me guarda mucho rencor por cómo hice las cosas, pero ahora que ya es mi esposa voy hacer todo lo que esté a mi alcance, me voy a encargar de enamorarla día a día con detalles y acciones que voy a empezar por cambiar.—¿Qué tanto me miras? —pregunta, con su mirada puesta en mí, creo que me acabo de delatar yo solo al mirarla tanto.—En lo que viene para los dos de ahora en adelante —respondo, la pegó más a mi mientras la música sigue sonando al fondo, todos nos observan y sonríen al vernos en el centro de la pista bailar nuestra primera pieza como esposos, me lleno tanto de orgullo saber que por fin la tengo y que así va ser de ahora en adelante y que por más que ella quiera dejarme no la voy a dejar por qué pienso seguir apostando todo por reconquistar su amor.—Pues no veo que es lo tiene que pensar, este matrimonio es una farsa que usted mis
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Capítulo 38: Dudas
MonserratEstoy llena de rabia, no sé quién se crea esa mujercita para colgarse del cuello de Alberto, y lo que más me da rabia es ver cómo Alberto se deja y no dice nada, no entiendo porque que quiso casarse conmigo si por lo visto ya tenía una amante por qué no entiendo entonces cuál es la confianza, termino de alistar mi equipaje y salgo no de mi habitación pues después de la fiesta que termino hace como lo una hora ahora tengo que estar lista para cuando Alberto pase por mi para irnos a nuestra dichosa luna de miel, pensar que yo n no quería ir pero quién le puede ganar al prepotente de Alberto, bajó las escaleras y ya abajo me esperan mi padre junto con Mónica sentados en el sofá y a un lado mi Nana Lilia prestando atención a lo que ellos hablan.—¡Adiós! Los voy a extrañar. —digo, sentándome al medio de los dos, hace mucho que no hacía esto de estar los tres reunidos riéndonos de cosas sin importancia, y pensar que así era nuestra vidas ante de la muerte de nuestra madre pero p
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Capítulo 39: Nuestro lugar
MonserratNos bajamos del avión y la verdad estoy agotada, durante todo el viaje con tal de evitar a Alberto quise dormir y traté de dormir pero me fue imposible, lo único bueno fue que él prefirió tomar su jet privado y no fueron tantas horas de viaje, pero bueno por fin estamos en lo que se supone que va ser nuestra luna de miel, mientras Alberto baja nuestro equipaje yo me dedico a observar la hermosa vista que da a la playa, siento como la suave brisa acaricia toda mi piel, la verdad es maravilloso sentir tanta paz en un solo lugar.—¿Hermoso verdad? —susurra Alberto a mi oído, giró y quedó a escasos centímetros de sus labios tanto que puedo sentir su aroma a tabaco.—Si es hermoso, nunca había venido aquí y la verdad es hermoso —respondo echándome hacia atrás, no sé porque mi padre se empeñaba en qué tuviéramos luna de miel, pero si debo agradecerle que su regalo fuese este ya que la vista del lugar y todo aquí es hermoso.—Cada vez que te sientas triste y quieras paz te voy a tr
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Capítulo 40: A su lado
AlbertoNo entiendo como pude resistir tanto, tener a Montserrat en frente de mi y no poder tomarla entre mis brazos, me hacen sentir una impotencia pues la amo y la deseo desde lo más profundo de mi ser, pero ella se niega a sentir algo que yo sé que ya siente por mí, lo sé, lo noto cuando me mira sin que yo lo noté esquivando la mirada, también las veces que se pone celosa, así como hace unos minutos cuando llegamos al hotel y nos dirigimos a recepción pude ver que Monserrat sintió celos.Pues aquella joven no dejó de coquetear incluso tomó de mi mano y la verdad no quise quitarla pues quise ver la reacción de Monserrat, lo sé, eso estuvo mal, fue de cobardes, pero me sentí en necesidad de ver si ella me ama, si ella me cela y sé que se moría de celos pues en ese momento sentí como apretaba su mano junto con la mía, eso sin duda me hizo sentir como el más afortunado del mundo, y ahora estoy aquí viendo hacia el techo pensando en la forma de poder acercarme a ella.Así que pienso una
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