AlbertoDespués de una hora de conducir dejo a Monserrat en la casa y ahora voy hacia mi apartamento pues quedé en verme con Santiago en él, pero la verdad no me tiene para nada contento ya que no me gustó nada que se atreviera a llevar a Montserrat a la casa, pero ahora que venga tendré que dejarle todo en claro, además él no puede entrometerse ya que tendría que pagarme la apuesta, llegó a mi apartamento y al mismo tiempo veo que también llega Santiago y al lado de él dos hermosas mujeres, pero que le pasa si se supone que íbamos a hablar y él sale con esta, además no quiero que me pase lo de la última vez pues no pude estar con esa mujer ya que Monserrat estuvo todo el tiempo en mi cabeza y no pude, si sigo así tendré que ir al sicólogo, pues yo no puedo dejar que mi amigo muera sin tan siquiera a era dado la batalla.—Hola señor Cáceres, listo para esta noche, por qué aquí te traje estas dos preciosuras para divertirnos un buen rato —dice, para después palmotear el trasero a las d
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