MonserratDespués de hablar con Mónica por fin voy hasta la oficina pues tengo el tiempo justo para llegar a recoger algunos documentos y salir para la cita que tengo con uno de los mejores empresarios de la ciudad, así que me despido de mi Nana y salgo para la oficina subo a mi auto y me pongo en marcha, conduzco aproximadamente durante 45 minutos el tráfico de hoy está súper pesado.Al llegar dejo mi auto en la entrada y bajo para correr hacia el elevador dónde oprimo el botón que me lleva a las oficinas, al bajarme camino por los largos pasillos hasta llegar a mi oficina, busco a Martha mi secretaria pero no está bueno talvez pensó que hoy no vendría y se tomó la tarde, así que entró a mi oficina para poder recoger los documentos para la cita con Fernando Ferreira al ingresar a la oficina por poco y casi no puedo pues ella estaba a reventar de ramos de rosas blancas, y por lo que me imagino creo saber de dónde provienen, será que no le quedó en claro que no quiero nada de él, pero
AlbertoDespués de una hora de conducir dejo a Monserrat en la casa y ahora voy hacia mi apartamento pues quedé en verme con Santiago en él, pero la verdad no me tiene para nada contento ya que no me gustó nada que se atreviera a llevar a Montserrat a la casa, pero ahora que venga tendré que dejarle todo en claro, además él no puede entrometerse ya que tendría que pagarme la apuesta, llegó a mi apartamento y al mismo tiempo veo que también llega Santiago y al lado de él dos hermosas mujeres, pero que le pasa si se supone que íbamos a hablar y él sale con esta, además no quiero que me pase lo de la última vez pues no pude estar con esa mujer ya que Monserrat estuvo todo el tiempo en mi cabeza y no pude, si sigo así tendré que ir al sicólogo, pues yo no puedo dejar que mi amigo muera sin tan siquiera a era dado la batalla.—Hola señor Cáceres, listo para esta noche, por qué aquí te traje estas dos preciosuras para divertirnos un buen rato —dice, para después palmotear el trasero a las d
—¡Ya basta Mónica! No más. —No puedo creer que después de muchos años me encuentre jugando hacer competencias con Mónica, si eso solo lo solíamos hacer cuando estábamos juntos con nuestra madre pero aquí estoy tratando de comerme una enorme cuchara de comida para gatos, lo peor de todo es que Mónica ya lo logró y yo estoy aquí dudando si hacerlo o no, y lo más triste es el público que tenemos pues Carlos y Lilia no se cansan de gritar y gritar como si de esto dependiera la copa de la final de los juegos olímpicos jajaja.—Dale Montse, no seas gallina, o ya sabes te tocará penitencia y creo que no te va gustar nada de nada jajaja. —La voy a matar “lo juro" por cuadragésima vez intentó meter a mi boca la enorme cuchara con comida de gato a mi boca pero no puedo así que me voy a tener que dar por vencida aunque eso signifique hacer las locuras que se le va a ocurrir a Mónica y se que por la cara que tiene de satisfacción no me va gustar para nada el castigo.—Me rindo no soy capaz, esa c
MonserratVamos en el auto en busca de un peluche de osito pues Carlos no es que ayude mucho y dio la maravillosa idea de que el peluche sea un oso, y aquí vamos de lado a lado en busca de un osito o más bien un osote ya que el ramo contó por cuenta de mi hermana ella misma lo compro y Lilia elijo una caja de chocolates “ y ahora qué va pensar Alberto de mi, que me he vuelto loca" .—Bueno muchachos al apartamento voy sola yo no necesito compañía —digo, tan pronto tenemos el oso en nuestras manos.—Ni lo pienses Montse, quien nos asegura que lo vas a entregar, además nosotros tenemos que constatar de que seas tú personalmente quien lo entregue.—No sean malos al menos déjeme dejarlo en la entrada y tocar para que nadie se de cuenta, además no creo que sea necesario que yo lo entregue —digo, mirando por el retrovisor, dónde Mónica solo hace es reírse, creo que le causó mucha gracia y disfruta mi desdicha.—No hermanita, todos vamos contigo. —Señala a Carlos y a Lilia, lo que me faltab
AlbertoMiró con desilusión cómo Monserrat se va y me regaño una y otra vez por haber sido tan estúpido y al verme dejado convencer de Santiago, definitivamente nunca voy a prender, pero todavía no entiendo que hacia Monserrat en mi apartamento y por qué esos detalles será que quiere empezar un na relación seria conmigo pero si era así creo que lo eche a perder por ser un reverendo idiota, me quedó ahí durante un buen tiempo, pues todavía no logro procesar lo que me acaba de pasar.Por más que pienso a un le encuentro lógica el motivo de la visita de Monserrat, pero tendré que matarme la cabeza durante toda la noche y esperar para verla en la oficina eso sí, si se atreve a recibirme pues no creo que quiera verme después de lo que vio, se que tuve que haberme negado y no dejar que Santiago me convenciera después de todo yo ya había dicho que le pagara a las chicas y que nos fuéramos a un bar, pero no tuve que dejarme convencer y todo por qué quería averiguar si podía estar con otra muj
MonserratCreo que está noche no voy a pegar el ojo, la escena de Alberto me sigue dando vueltas y vueltas en mi cabeza y no sé si pueda aguantar no caer en llanto, sé que lo de él y yo nunca se ha dado pero yo empezaba a sentir algo por él y creo que de eso se aprovechó, bueno el tal vez no se dio cuenta de lo que estaba provocando en mí, pero todos esos sentimientos se van a morir ahora mismo porque no me voy a permitir sufrir por nadie, así que me levanto ya que casi no puedo dormir me pongo una bata y salgo de mi habitación bajó las escaleras y salgo al jardín pues desde pequeña siempre cuando algo me preocupa o me agobia me gusta caminar descalza sobre el césped mojado, es lo único que me hace sentir viva y que todo se va a solucionar.—No puedes dormir mi niña. —Al sentir la voz de Lilia y los brazos de ella sobre mi espalda, niego con mi cabeza pues no quiero que ella se preocupe por mí.—No solo quise dar una vuelta y ya ahora vuelvo a mi cama —respondo un poco nostálgica deja
“Aquellos ojos verdes de mirada serena, dejaron en mi alma eterna sed de amar… Anhelos de caricias de besos y ternuras. De todas las dulzuras que sabían brindar”. Me quedo con mis ojos de par en par pues escucho Alberto cantar una estrofa de la canción dejándome completamente anonada pues creí que no sabía cantar o al menos hace unos instantes no lo sabía es más dio un grito que nos dejó aterrados a todos no por que no haya asustado si no todo al contrario ya que parece un profesional mejor dicho un espero en la materia podría jurar que el prestigioso licenciado Alberto Cáceres en su otra vida tuvo que ser un excelente mariachis lástima que no me impresiona cómo lo está haciendo como n mi Nana Lilia ya que ella tan pronto dio el grito de mariachi por poco corre a sus brazos y se le echa encima.Pero bueno hay que acabar con esta payasada pues no pienso quedarme toda la noche escuchando a un grupo de borrachos cantar y no lo digo por lo cantantes ya que es su profesión y lo hacen exce
AlbertoMiro la cara de furia de Montserrat y la verdad hasta a mí me dan ganas de irme también, pero no puedo después de todo lo que me atreví hacer, ni en mis peores momentos me hubiese imaginado llegar totalmente ebrio a la casa de Monserrat a pedir perdón, solo sé que tomé el teléfono y me contestó Carlos.Inicio flashback—Si diga. —Escucho la voz de un hombre al otro lado de la línea y la verdad no reconozco esa voz, de Pablo no creo que sea de él además la voz del hombre que me acaba de contestar es bastante joven.—Si por favor necesito a Monserrat —digo, pero aquel hombre no responde nada solo se queda en silencio, cosa que me preocupa pues me temo lo peor hasta ya me dieron celos.—Señor Alberto Cáceres, ¿Es usted?, Soy Carlos el novio de Mónica no sé si usted me recuerde, pero usted nos ayudó la otra vez que me golpearon. —Mi alma vuelve al cuerpo al escuchar que la persona que me contesta es el novio de Mónica, la hermana de Montserrat.—Hola, ven necesito saber cómo está