Es el último día que Zoe esperaba quedarse en casa, ya podrá volver a la empresa y eso la tiene de excelente ánimo, porque detesta estar allí. Aunque Daryl le había mandado parte del trabajo, no es lo mismo que estar en la empresa, porque si necesita algo, puede pedirlo enseguida. Está sentada en la sala, al lado de la chimenea agarrando calorcito y con una taza de té con leche entre las manos, pensando miles de cosas, todas buenas. Una de ellas es la manera en que su matrimonio poco a poco está tomando el rumbo que cualquier matrimonio por amor podría tomar. Desde fuera, por la ventana, Robert aparta la mirada de la laptop para observarla de vez en cuando, sintiendo que muere un poco cada día, pero al menos ella está viva, no como… Por la radio, le avisan que Daryl ha llegado, sacándolo de esos recuerdos dolorosos, así que decide ponerse de pie e irse a su departamento cerca de la entrada, porque puede que le guste ver a Zoe feliz con el amor de su vida, pero eso no lo vuelve un m
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