104. Nuevamente frente a la incertidumbre
Cuando dan a las ocho de la noche, Maya ya está tomando un café negro, mientras observa ya el anochecer de Nueva York. No olvida que el día de mañana sería el momento en que daría con Chris y sus compañeros la tan esperada ceremonia. Desde que dejó a Maximiliano, se siente un poco retraída. No le ha dicho sobre el proyecto, pero como le dijo a Chris, tan pronto como termine, se lo haría saber. Habría nada más que esperar. Mantiene entonces sus ojos, un poco entrecerrados, hacia Nueva York, y la vuelve una vez que Lizzy entra por la puerta hacia la oficina. Maya deja la taza y le recibe los papeles.—Es todo por hoy —es lo que le dice Lizzy, sonriendo—. Fuiste de mucha ayuda, Maya. Muchas gracias.—Oh no, linda, no agradezcas —le responde con felicidad. Se acerca a su escritorio y toma un bolígrafo—. Lo único que podemos hacer ahora es esperar que el señor D'Angelo venga a la oficina y firme.Lizzy sonríe. Y Maya lo hace por mencionar a Maximiliano.Carraspea y se acerca.—Bueno, ya
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