Augusto: Me suelta otro bofetón cuando me le acerco, y aprieto sus muñecas en mis manos, zarandeandola para ver si así se le baja un poco la borrachera. Con todo, intenta patearme, mientras yo me deleitó rozando mi la tela del pantalón que oculta mi adolorida verga, contra la tela de su tanga. —Un golpe más y te la encajo…zorra. Me da un cabezazo, y río por lo bajo. Porque no podrá decir después que no se lo advertí. Soy un torbellino de actividad, llevándomela contra la pared, rompiendo su sujetador y destrozando sus bragas. Metiendo mi mano entre sus piernas para encontrarla hecha un río de ganas, y caliente como el mismo infierno y ella se retuerce, pero entonces, en vez de luchar se lanza sobre mi a morderme la boca y a chuparme los labios, con desesperación. En lo que trato de abrir la cremallera de mi pantalón al menos, para poder... Su piel se enrojece con mis apretones , y chupetones y mordidas. Le abro las piernas deleitándome en la vista que me ofrece su precioso
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