El Alfa Caín, estaba tan furioso como hace cientos de años no lo estaba, le habían matado a su mano derecha, esa era una baja que sería muy difícil de remplazar, Alen, era un lobo al que le podía confiar su vida, con quién había ganado miles de batallas y conquistado cientos de manadas a su paso, pero pese a esa gran pérdida, el lobo enfermo de poder, no iba a parar— Al beta Igori, le atendieron las heridas de nuevo, ya se encontraba en una habitación donde estaba más cómodo, sobre todo por los cuidados de su mate Clarisa, el beta de estaba recuperando mucho más rápido que antes— En la habitación donde Temperace, fue llevada, Alexander, que ya se encontraba vestido en ropa casual, estaba al lado de su luna y de su cachorro, la embarazada doctora, de quiso mover apenas despertó pero sintió de inmediato el dolor y ardor de sus heridas — ¡Auucch....! ¿que me pasó?— No te muevas Temperace, estás un poco herida de la barriga, pero estás bien y el cachorro también, están a salvo ahora, de
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