La noche fría y para los centinelas enemigos sangrienta, pasó lentamente, el sol parecía no querer despertar, la mayoría de la manada tuvo un buen descanso, los cachorritos de habían portado bien y no habían dado muchas molestias a los cansados médicos y enfermeras— El Alfa Alexander, se encontraba en el comedor desayunando junto a su beta Igori y su Delta Julieta, su humor estaba de perros, había pasado una terrible noche, tener en brazos a su luna casi desnuda y no poder hacerle el amor, era la mayor tortura que un Alfa podía recibir — Alfa, te levantaste muy temprano hoy, pensamos que despertarás más tarde, cómo tú luna y tú durmieron juntos — comentó la hermosa delta juliana, la loba peliroja, llevaba al lado de Alexander, doscientos años, era de su total confianza y muy eficiente en sus obligaciones, en muchas ocasiones, mucho mejor que los deltas machos— Durmió ella, por qué lo que es yo, fuí torturado hasta el hartazgo por el cuerpo de esa humana, es... ¡es un demonio! — dij
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