Para el leal beta Igori, escuchar que su Alfa se casaría con su luna, era de no creerse, su terco, obstinado y cuadrado Alfa, después de rechazar tajantemente a la mujer humana que la diosa luna le dió por pareja destinada y después de haberle hecho pasar lo peores días de su vida, ahora resultaba que se casarían— Alexander, ¿la doctora Rodríguez, sabe que se van a casar? por qué no entiendo ¿cuándo lo decidiste? a ella ni siquiera le caes bien, creé que eres una bestia sin corazón y sin sentimientos, no la estarás obligando ¿verdad? no puedes seguir tratando así a tu luna, amigo — el beta realmente estaba preocupado de que estuviera obligando a la doctora a hacer algo que ella no quería— ¿De que carajos estás hablando, Igor? ¿por qué tendría que obligar a mi luna a casarse conmigo? ¿crees que ella no puede llegar a amarme? ¿es eso lo que piensas? — el Alfa esperaba la respuesta enarcando una de sus bien formadas cejas— No, bueno, yo... solo decía que no la podías obligar a la docto
Aunque todo había sido rápido para Temperace, ella sentía que miles de sentimientos agolpaban su corazón por ese hombre lobo que hasta el día anterior, solo le había mostrado su crueldad, indiferencia y fiereza— En el pasado, había prometido a su madre que llegaría con su virtud intacta hasta el día de su matrimonio, la madre de Temperace, no quería que su hija fuera víctima de la seducción de un hombre que solo la quisiera para pasar momentos de cama con ella, ella quería que su hija fuera amada y respetada— El Alfa, tragó grueso, tenía a su luna desnuda tan cerca de él, que le costaba demasiado controlarse, pero sabía que la intensa actividad de la noche, había lastimado a su mate, debía dejarla recuperarse o terminaría lastimando mucho más, el era grande, su virilidad podía causarle dañoAlexander, cargó a la bella doctora, la bajó en la Alfombra y la secó con mucho cuidado, de repente gruñía por tener que contenerse, pero siguió hasta que la vistió con una de sus camisas, le dió
El despacho había quedado desordenado, la plática entremos dos hermanos Alfas, había sido intensa, se habían dicho las verdades a la cara, los dos eran lobos honorables, con una reputación intachable, leales a sus manadas y a sus convicciones— Escucha, André, debes olvidarte de esos sentimientos que guardas por mi luna, ella ahora es tu cuñada, y es así como debes verla, solucionaré lo de la Valquiria Priscila, lo más pronto posible para tranquilidad de todos, sobre todo para que mi Temperace, esté a salvo— Lo voy a intentar, pero desde ahora te digo que no te aseguro que pueda, lo que si te puedo prometer es que no intentaré nada con ella por respeto a ti, más... si algún día ella me necesita, no dudaré en acudir a ayudarla y si tú no sabes ser un buen esposo y ella te abandona, yo seré su primer candidato a marido— El Alfa, gruñó muy enfadado y lleno de celos — ¡te juro, André, que si no fuera por qué eres mi hermano, te mataría aquí mismo! puedes sentarte a esperar a que falle, a
Temperace, no tenía ni idea que su Alfa estaba preparando todo para su sorpresiva boda, ella atendía a los cachorros como siempre, con mucho cariño y con profesionalismo, le parecían adorables, muchas veces desvalidos, algunos habían quedado huérfanos, otros con un solo padre o madre, la bella doctora le daba demasiada pena— El Alfa, se había encargado de que le llevaran un aperitivo a media mañana a su luna, le servía de mucho que ella estuviera entretenida con atendiendo las heridas de los cachorro, por qué así él y los demás lobos, preparaban el otro patio para la importante celebración, su boda, el gran lobo jamás pensó que llegaría el día en el que se casaría con su luna, se veía infelizmente casado con la Valquiria Priscila, solo para poder proteger las manadas— El lugar estaba quedando muy hermoso, todos los lobos trabajaban en perfecta coordinación, las decoraciones, las mesas, la capilla, se estaban terminando de instalarLos cocineros y cocineras, estaban preparando el gra
La manada estaba feliz de que su poderoso Alfa se casara en su territorio, él podía haber hecho su matrimonio cualquier lugar del mundo ñ, en el salón más elegante, con los invitados más ricos del medio de la política, artistas y filántropos, en cambio estaba aquí con ellos, compartiendo el momento más importante de su vida, su unión con su lunaLa ceremonia había ido de lo mejor, los novios estaban, los invitados, el banquete, el alcohol, los votos, y la felicidad por la unión, hasta que la Valquiria Priscila, llegó¡YO ME OPONGO!— La sensual mujer, avanzó hasta quedar frente a los novios — ¿qué demonios significa ésto Alexander? ¡tú estás comprometido conmigo! he venido desde muy lejos para que nos casemos, ¡¿por qué diablos te encuentro casandote con ésta inútil humana?! ¡quiero una explicación y la quiero ahora!— Con la Valquiria venía la gente que estaba a su servicio, ellos llevaban cargando infinidad de bolsas, eran compras de la poderosa mujer, incluso había comprado su vesti
La manada estaba sorprendida por todo lo que estaba pasando en la boda de su Alfa, por supuesto que conocían a la Valquiria Priscila, y su gran ego y arrogancia, esa mujer aunque era muy bella no tenía comparación con su luna, Temperace, además de hermosa, era una alma buena, noble, ayudaba a quien sea sin importar si eran lobos o humanos, ella era auténtica y amaba a su Alfa y su Alfa a ella— Los miembros de la manada, nunca vieron con buenos ojos a la Valquiria Priscila, ella los miraba hacia abajo, los creía poco valiosos, de sentían mirados por ella con desprecio y asco, pero comprendían que su Alfa, la tenía a su lado para ganar las importantes batallas y protegerlos de sus despiadados enemigosMás ahora que su rey Alfa, encontró a su luna y con ella el amor destinado que la luna le envió, no querían que se uniera a la Valquiria y eso se lo dejarían muy en claro— Alexander, dile al sacerdote que aguarde unos minutos, iré a ponerme el vestido de novia, nos casaremos ahora mismo,
La manada estaba feliz, su Alfa, los había escuchado y había rechazado hacer su reina a la arrogante y engreída Valquiria, pero sobre todo había escuchado a su corazón, en sus mil años, quienes conocían a Alexander, sabían que. inca le había mostrado cariño, afecto o algún otro sentimiento a ninguna mujer Al escucharlo decir que amaba a su luna y que se lo demostrará por completo, era todo un acontecimiento, el gran lobo siempre había visto por ellos, luchado por ellos, los había protegido con todo su poder y lo que era, entonces era justo que no se sacrificara por ellos, no debía rechazar a su luna, Temperace, era su verdadero amor y su felicidad — El Alfa Alexander Ivanov, sabía que se había echado un escorpión encima, la Valquiria era malvada, eso se podía saber aún son que la conocieras, pero el lobo la conocía perfectamente, había analizado todos sus movimientos, sus costumbres, sus métodos para vengarse de quienes la ofendían o la desobedecían, y había algo más que el Alfa se
El Alfa André, estaba recién transformado, su perfecto cuerpo estaba desnudo, Alexander lo tenía por el cuello, estaba fuera de control, muy celoso, angustiado y desesperado, necesitaba a su luna y no la veía por ningún maldito lado— Necesitas calmarte, hermano, ¡no e hecho nada en tu contra, no te traicionaría, Alexander, ya deberías de saberlo! — soltó André, molesto— ¡Entonces dime! ¿por qué te llevaste a Temperace? ¿en qué lugar la dejaste? ¿por qué no viene ella contigo? — el Alfa ya había llegado a su límite, sería mejor que si hermano le diera una muy buena explicación de sus acciones o se las vería con él— Ella me pidió que la sacara del territorio de la manada, me lo suplicó, yo no puede negarme, la doctora quería ir a su casa, la lleve en mi lomo hasta llegar a una de mis propiedades, tomé uno de mis autos y la lleve a su casa, eso fue exactamente lo que pasó— ¡Debiste negarte, André! ¡no debiste llevartela de mi lado sin consultarme primero, carajo!— ¡Ya te dije que ell