35. Suéltalo Stefano, vas a matarlo.
Las palabras de Ravel hicieron que Stefano gruñera, soltando a Ravel de golpe, llevándose sus dos manos a la cabeza.—¡Maldita sea! ¡Cómo puedes pedirme que deje que mi luna entre ahí! No podía hacerlo, pero tampoco podía renunciar a su venganza, se lo debía no solo a su hijo y luna muerta, también a toda la manada que había matado en su irá desmedida.— Tienes más de seiscientos años, un Alfa con apenas 200 no debería ser un problema para ti, pero es un Wolfang, la sangre de los primeros cambiantes corre por sus venas, no tienes idea de la fuerza que tiene, te aplastará como una hormiga.— Aseguró Ravel — con esa furia será incontenible y tú Luna ya no podrá calmarlo, no solo moriremos los tres, sino que habremos lanzado un monstruo al mundo.En ese momento la furia de Stefano se incrementó, porque no le importaba si ese alfa era un maldito metamorfo original, por lo que tomo al brujo del cuello apretándolo.—Más le vale a Wolfang no tocar a mi luna de ninguna manera o me importará m
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