Ashley Freetman.Entendía perfectamente a mi tío, todavía no puedo sacar de mi mente cuando contó su historia. Yo, era una niña, pero eso lo recordaba muy bien, sobre todo lo del maltrato físico, generado por su propio padre, el primer esposo de mi abuela Hailey.Observé rápidamente a Noah, su entrecejo estaba fruncido y esto significaba no vernos tan seguido, pero yo no podía negarle nada a mi tío; nunca a él y no solo porque lo amaba, sino porque me sentía en deuda con él.─ Si no puedes pequeña, por las evaluaciones bueno…─ No, tío. ─ Lo interrumpí, quizás me había quedado mucho tiempo en silencio pensando en estupideces.─ Solo que pensé que ya no era tú preferida, ─ musité sonriendo.─ Por supuesto, que voy ayudar a cuidar esa preciosura, hasta que tía Abigail, mejore y pueda atenderla sin tanta ayuda. ─ Le respondí abrazándolo muy fuerte─ Eso nunca, ahora tengo dos preferidas, ─ sonrió devolviendo el abrazo, él y yo, tenemos una comprensión única y ese apoyo mutuo
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