Noah Hanks La despojé de la chaqueta, sus zapatos deportivos y sus calcetines. Me despojé yo también de los míos. Nos acomodamos sobre la cama y ambos nos abrazamos como si nos necesitáramos mutuamente.Busqué sus labios en un beso suave, lento, dulce y exploratorio, que me hizo temblar por la emoción que sentí al tenerla allí conmigo y saber que era mía. Solo necesitaba ser su prioridad.Ambos caímos en un profundo sueño. Cinco horas más tarde nos despertamos con vigor, hicimos el amor suave, lento, no había prisa, solo deseo y placer; nos duchamos juntos entre besos y caricias y preparamos algo ligero para almorzar. Ninguno de los dos deseaba irse del departamento, pero debíamos prepararnos para la cena y dar la esperada noticia. Observé a Ashley, con otra prenda de vestir mía, se veía sexy con mi camisa y sentía que no solo la camisa me pertenecía, sino también la mujer que la posaba, era si es posible más hermosa que Gianna. Se veía genuina, delicada, inocente; algo que nunca
Ashley FreetmanObserve a mi padre bajar las escaleras, parece ser que su genio seguía siendo favorable, su alegría se destacaba en sus labios. Sonreí ya que lo había visto feliz de esa misma manera con el embarazo de mis hermanos. Hablando cómicamente, papi; ya se parecía al Guasón. Mi hermana Samantha, me dijo que así había estado todos estos días en que estuve en la casa de mi tío Jordan. ─ Pasemos a la mesa del comedor, ─ invitó mi padre dando un recorrido con su vista por todos los presentes, frunciendo el entrecejo al observar a Noah, pero igual su sonrisa no disminuyó. Era común notar a Jaime, en todas nuestras invitaciones, pero no tan común notar a su padre, ya que siempre sacaba una excusa para no hacer acto de presencia; exceptuando las últimas invitaciones. Había acomodado el puesto de cada quien con su nombre, dándole a mi padre el puesto principal y a mi tía Ivanna, el que estaba frente a él, como los dos anfitriones. Yo, por el contrario me acomodé al lado del asi
Ashley Freetman─ Nos tienen con la curiosidad a millón, ─ chilló mi tía Valerie.─ Espero que no sea que se van a mudar a otra ciudad o peor aún a otro país, ─ se quejó mi tío Jordan, observando fijamente a mi tía Ivanna, y estos eran los momentos en que me preguntaba si todavía se amaban y seguían sacrificándose por mí. Era como haber tenido un amor imposible ya que mi tío Jordan y mi padre, eran medio hermanos.─ Los hemos invitados esta noche, ─ sonrió mi padre, se notaba feliz al igual que mi tía Ivanna y estos momentos también me hacían pensar de que ellos, se amaban o por lo menos habían aprendido hacerlo.─ Maximiliano, termina de decirlo ─ le pidió mi tía Ivanna, sonriendo ya que nos tenían a todos en suspenso.─ Nos mudamos para Italia, ─ soltó de pronto mi padre dejando a todos congelados, sentí que a mi abuelo Ethan, le giró la cabeza como el exorcista. Noah, se paralizó en su asiento, mi tía Abigail, dio un fuerte quejido de dolor. Mi abuela Hailey, pegó un grito. A mi
Ashley Freetman.Noah, tomó mi mano sacándome de mis pensamientos preguntando cual era la casa del tío Jordan, ya que habíamos llegado a la urbanización.Lo guié llegando al frente. Manuelita, estaba parada en el frente del portón, moví mi cabeza, eso sería mi tío Jordan, que la llamó; ella era la señora que ayudaba a mis tíos en los quehaceres del hogar y a cuidar al pequeño y travieso Jean Carlos.─ Mi niña, la señora Abigail, me llamó para que la recibiera, ─ mencionó la mujer preocupada.─ Gracias, Manuelita. ─ Le dije bajando del automóvil.─ Te espero aquí, ─ espetó Noah, indicándome que no bajaría del auto, quizás para que no me entretuviese tanto con la mujer.Entré corriendo a la casa, ingresé a la habitación que habían preparado para él bebé, observé y todo estaba como lo habíamos ordenado mi tía y yo, en estos días que pasé con ella largas horas, en sus noches de insomnio; tomé apresurada la maleta y la pañalera que habíamos dejado arreglada. Manuelita, me ayudó a llevar
Ashley Freetman.─ Y tío Jordan ¿Cómo está? ─ Pregunté con curiosidad.─ Hasta ha llorado de la emoción, ─ informó tía Valerie, saliendo por el mismo lugar donde salió tía Ivanna.─ ¿Estabas en pabellón? ─ Le pregunté haciendo un puchero ya que yo, no me atreví ingresar porque había llegado tarde. ─ ¿Y quién crees que le iba limpiar las babas a su hermano? ─ Se carcajeó tía Valerie, al igual que todos.─ No se vale, ─ musité haciendo un puchero más grande.─ Espero que no me excluyan cuando sea tú turno, ─ le dije a mi tía Ivanna, acercándome para abrazarla.─ Felicitaciones, tía. ─ Expresé con lágrimas en mis ojos, pensando en que nacerán unos nuevos hermanos para consentir y mimar. ─ Pensé que a nadie le había caído en gracia la noticia, ─ mencionó tía Ivanna. ─ Claro que nos alegramos con la noticia, lo que no cayó en gracia fue la broma de Italia, ─ alegó y se acercó mi abuela Hailey abrazando a mi tía. ─ Yo, hasta pensé que tenía que arrancarle las bolas a Maximiliano, ─
Ashley Freetman.Entendía perfectamente a mi tío, todavía no puedo sacar de mi mente cuando contó su historia. Yo, era una niña, pero eso lo recordaba muy bien, sobre todo lo del maltrato físico, generado por su propio padre, el primer esposo de mi abuela Hailey.Observé rápidamente a Noah, su entrecejo estaba fruncido y esto significaba no vernos tan seguido, pero yo no podía negarle nada a mi tío; nunca a él y no solo porque lo amaba, sino porque me sentía en deuda con él.─ Si no puedes pequeña, por las evaluaciones bueno…─ No, tío. ─ Lo interrumpí, quizás me había quedado mucho tiempo en silencio pensando en estupideces.─ Solo que pensé que ya no era tú preferida, ─ musité sonriendo.─ Por supuesto, que voy ayudar a cuidar esa preciosura, hasta que tía Abigail, mejore y pueda atenderla sin tanta ayuda. ─ Le respondí abrazándolo muy fuerte─ Eso nunca, ahora tengo dos preferidas, ─ sonrió devolviendo el abrazo, él y yo, tenemos una comprensión única y ese apoyo mutuo
Ashley FreetmanIntentaba salir del sueño con el llanto de la bebé, los ojos me pesaban. En estos veintisiete días las evaluaciones han sido fuertes, las horas de estudio han sido largas y mi tiempo demasiado corto; al igual que las noches, que sentía que necesitaba más horas para dormir.Me senté en la cama para despejar el sueño, busqué las pantuflas y me levanté de la cama, salí de la habitación y recorrí el poco espacio. Mi tía Abigail, caminaba de un lado a otro con la bebé, en sus brazos sacándole los gases. La niña lloraba, su mami no estaba lactando bien y debíamos completar su nutrición con biberones, lo malo eran los gases que producían. Ya se le había cambiado dos veces su lechecita, pero los cólicos permanecían, la observé estaba coloradita; tensionaba sus piernas y sus bracitos, observé a mi tía y estaba llorando de ver a la bebé así.─ Te ayudo, ─ le dije, tomando a la bebita entre mis brazos. Me senté en la mecedora y comencé a sobarle su abdomen y masajearlo tal y com
Ashley FreetmanConducía hacia Harvard, no deseaba quedarme en un atolladero en la vialidad, gracias a los cielos, no había tenido contratiempos en la carretera. Al llegar a la universidad un vehículo pasó por mi lado, tomando la delantera para ingresar, lo observo y eran Alexander y Mariluz, que siempre hacían lo mismo. Tranquilamente me estacioné, ya estaba en la universidad y faltaban diez minutos para ingresar a clases, hoy era miércoles. Noah, nos daba clases los lunes y Miércoles, en la tercera hora. Normalmente las dos primeras horas de este día las tenía libres, pero uno de los profesores al darse cuenta, decidió cambiar sus últimas horas de clases, por las dos primeras y era nuestra próxima evaluación. Mis amigos se acercaron con una sonrisa de oreja a oreja.─ ¿Cómo está la practicante de mamá? ─ Molestó, Mariluz.─ Muy cansada, ─ le respondí con sinceridad, aunque mi sonrisa reflejaba la alegría, que recorría mi rostro a pesar del cansancio.─ Tú, no entiendes hermanita