De vuelta a casa no encontré a Raquel, todo permanecía como lo había dejado el día anterior. Excepto por una cosa, mi habitación.─ ¿John? ─lo llamé rápidamente, tuve miedo de encontrarme a solas con quién sabe qué mañoso. Mi ropa estaba tendida por todas partes, mi cama deshecha, mis libros reventados ─, amor, alguien ha venido a mi cuarto y lo ha hecho trizas. Raquel no pudo ser, no hay rastro de que haya vuelto de su turno...─ Iré contigo.─No hace falta ─me senté al borde de mi cama, reparé nuevamente el desorden y me puse a llorar ─. Alguien debió aprovechar que la casa estuvo sola toda la noche y entró a mi cuarto, ni siquiera se llevaron mi ordenador, ¿qué clase de ladrón entra a una casa y no se lleva nada?─Uno que fue por algo más que un simple objeto. Emmy, iré a tu casa, solo dame diez minutos.En la planta baja un portazo retumbó, fue un sentimiento automático de pánico lo que me inundó.─ ¿Emmy, cielo, sigues ahí?, ¿me escuchas?─John, te llamo después. Parece que mi ma
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