23. Visita a la oficina
GiancarloComprendía que era nuevo en los asuntos matrimoniales, aquel era un campo completamente desconocido para él. Siempre había tenido amantes, pero sus padres no se equivocaban al mencionar la tendencia que tenía al cinismo en las relaciones personales. Claro que, su matrimonio no era del todo real, más allá de los papeles que lo unían a Leonora, su relación era ficticia y había imaginado que ese detalle haría las cosas más sencillas. Debió suponer que se equivocaba.Como si la firma del contrato, junto a la exigencia de fidelidad por parte de su nueva esposa no fueran una clara señal de su equivocación, había esperado que luego de una noche de bodas llena de placer y una luna de miel, aunque corta, agradable, el contacto entre ellos se hiciera más natural y ligero. Sin embargo, el día anterior había llegado a casa luego de su jornada laboral, para encontrar a su esposa acomodándose en una de las habitaciones de invitados.Había dispuesto de toda la casa para que pudieran sentir
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