Me fui de la cabaña sintiéndome tan extraña, tan distinta, no podía sentirme yo misma, parecía imposible, era como si un vacío me estuviera consumiendo por dejar fluir esa pasión que me costó encender pero que acabé haciendo que ardiera, era verdad que no fue del todo en contra de mi voluntad pero si hubiese sido por mí, hubiera esperado mucho más tiempo: Era algo normal para gran mayoría de las personas conocer y “consumar el acto”, “Cerrar el trato”, entre dos personas que eran pareja o pretendían serlo. Sin embargo, yo sentía que era algo imposible de que me pudiera acostumbrar, podía adecuarme, a intentar sentir placer sin sentir ningún otro sentimiento. Pero ¿Cómo podían comparar el bienestar que generaba ese acto cuando se estaba enamorado de la otra persona con algo esporádico o casual? ¡Eran un mar de diferencias! De todos modos, eso me ayudó a querer apostar a esa relación, para ver si podía volver a sentir y tal vez de ese modo, lograrme olvidar de Pablo y de esa relació
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