************LEONARDO************—¿Y qué haces por aquí, Geronimo? —interroga Max.—¿Qué? ¿Ahora no puedo venir a visitar a mi amigo? —responde divertido al mirarme.Después del raro incidente de hace un rato, en el que mi ama de llaves se mostraba muy seria (como nunca antes la había visto), Geronimo, Max y yo nos dirigimos a la pequeña terraza que estaba adjunta a mi sala.Estar en ese lugar era demasiado relajante para mí; sin embargo, desde lo que sucedió con Lorey, hace un par de horas, de algún modo, afectó a que este, por el momento, ya no sea mi lugar para calmarme, puesto que, en este instante, solo me recordaba lo tonto que me comporté con la mujer que... me hizo volver a sentir deseado y, a decir verdad, a la que yo también deseaba.No iba a mentirme... yo sí deseaba otra noche más a su lado. Sin embargo, con lo que había hecho, lo más probable era que, ahora, más allá de otra noche de pasión, lo único que ella querría es abofetearme.«Tengo que arreglar lo que hice», piens
Leer más