Narra AinoaMe preocupé un poco durante la noche, no es que me moría por eso, solo que no es habitual que el señor Robert diga ya regreso y no lo haga, me quedé en la sala por un rato. Estuve en la cocina el otro, luego me rendí y dejé de imaginarme cosas, me acosté, pero tuve mis oídos alerta por si escuchaba algo.No sé cuánto tiempo pasó, me dormí por un largo rato hasta que escuchar la puerta me despertó. Escuche pasos en la sala, me alarmé un poco porque creí que ya Robert no regresaría esta noche; pero al asomarme, lo vi subir sus escaleras con normalidad. ¿Dónde estaría? Ni se preocupó por comer. Regreso a mi cama, no tengo por qué preguntar lo que no me interesa.A las cinco de la mañana, suena la alarma y una vez más me despierto. Ya tenía las maletas listas para el viaje, Robert parece que ya está despierto porque escucho movimientos en la cocina. Me baño y me cambio por algo cómodo, porque el culo se me dormirá por muchas horas.—Buen día, señor.—Ainoa, ya iba a tocar su p
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