«¡Carajo, había olvidado lo molesto que es hacer trabajo de oficina!», maldigo viendo la cantidad insana de papeles que se encuentran sobre mi escritorio.Llevo todo el maldito día aquí, encerrado entre este confín de papeles. Uno tras otro, pareciera como si nunca tuvieran fin, debería estar acostumbrado, pero lamentablemente esto no es lo mío, prefiero mil veces estar en la patrulla haciendo rondas alrededor de la ciudad.No entiendo cómo algunas personas; más que todo empresarios. Puede pasar gran parte de su vida encerrados en una sala, firmando y leyendo papeles, ni niego que me guste leer de vez en cuando, pero eso solo aplica si son cosas que son de tu agrado, no cuando lo único que tienes que hacer es archivar denuncias por día, mes y año.—Maldito el momento en que decidí faltar hace un par de días sin avisar… —murmuro recordando claramente porque lo hice.Me gustaría pensar que fue algo de vida o muerte, pero no creo que a mi jefe le agrade escuchar que mi supuesto problema
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