MadisonCuando escucho las ruedas de un auto afuera de la casa, siento que mi corazón se paraliza. Juraría que estoy sufriendo un paro cardiaco, de no ser porque eso es muy poco probable. No he salido a ver de quién se trata, pero no necesito hacerlo para saber que es él.—¿Quién será? —se pregunta Liam, que de inmediato se pone de pie para asomarse.Ya había ido a buscar a Caleb al colegio, así que como es lógico, no pierde la oportunidad para salir también a curiosear.Mi padre me mira de reojo con el semblante serio. Él sí que se ha dado cuenta de mi creciente pánico.—Liam, espera —le digo, pero él ya está abriendo la puerta.Caleb sale primero, luego él, así que no me queda más remedio que salir detrás de ellos.Aunque la gran espalda de Liam me cubre un poco, puedo ver parte de la camioneta. Es él, es Alec Fairchild en persona. Seguramente ha venido a buscarme, a convencerme de que no renuncie.«Por favor, por favor, vete» digo en mi mente.No sé cómo lo hizo, de alguna forma ha
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