Capítulo 58. Situación inesperada.
Mientras los médicos luchaban por salvar la vida de Amancio, Nidia permaneció en el suelo apretando los ojos con fuerza rogando al cielo porque su esposo no muriera. “Por favor,”, rogó al cielo en su mente, “Que no muera, prometo aceptar que no pude ser madre, no insistiré en verlos si sus padres verdaderos no quieren que lo haga, pero no me lo quites… sé que cometió errores, y que debe pagarlos, pero te pido que no sea con su vida, te lo ruego”, pidió. No supo durante cuánto tiempo estuvo así, pese a todo, no se sintió sola porque el amor de los niños y los brazos incluso de Valentina, la verdadera madre de ellos, la arropaban. No supieron cuánto tiempo duraron así, pero fueron los minutos más largos que Nidia vivió, miles escenario pasaban por su cabeza, sin embargo, siempre mantuvo un atisbo de esperanza encendido en su interior. Un momento después que a ella le pareció eterno, los médicos lograron estabilizar a Amancio. Lucharon por la vida del paciente, lo atendieron inmedia
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