Capítulo 70. Una noticia sorpresiva.
Sara sintió cada palabra de Iván como si un filoso cuchillo le atravesara el corazón, alzó la barbilla sin soltar a Marieh, tratando de tomar aliento mientras en su interior se repetía como un mantra “No vayas a llorar, no muestres debilidad”.No podía creer que Iván, su Iván, el hombre perfecto, con quien había vivido y compartido durante todas esas semanas, entre risas y lágrimas, ahora estuviera terminando todo lo que tenían. Intento contenerse, luchar contra ese caudal de lágrimas que se acumulaban en sus ojos. Pero no pudo evitarlo, por eso salió de allí corriendo y se encerró en su habitación con la niña.Porque a pesar de estar viviendo juntos dormían en habitaciones separadas, se recostó de la puerta, aun sosteniendo a la pequeña niña, quien ya se había quedado dormida entre sus brazos.Quizás era patética, pero por fin las lágrimas cedieron, se dejó caer en el piso mientas le daba rienda a su dolor, sollozó escondiendo su rostro en una de sus manos, no podía imaginarse sin Ma
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