Era delicioso despertar entre sus brazos, no quería que amaneciera, pero Kwan-Yi corría cada a mañana a pedir su desayuno y nosotros teníamos que levantarnos para complacer a nuestro pequeño demonio que cada día era más travieso.Yo sabía que en cualquier momento esa felicidad se iba a empañar, confiaba en que él nunca más iba a dejarnos, pero la realidad era que, aunque nos amábamos, él tenía una esposa y yo solo era su amante.Esa mañana me dijo lo que tanto me temía escuchar.—Hana, mi amor he estado prolongando este día, pero ya no puedo hacerlo más, debo volver a Corea. Mis abogados me aconsejan que le pida el divorcio a Eun-ji, ella no podrá negarse si le ofrezco una cuantiosa cantidad de dinero.—Tengo miedo Seung-Yi, tengo miedo de que algo salga mal y tengas que quedarte casado con ella para siempre.—Mi matrimonio con ella es solo un papel, tú sabes que el único amor de mi vida eres tú. No había querido hablar del tema, pero quiero pedirte un favor.—Dime, tú sabes que yo po
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