BrattMiro a Serena titubeante y puedo asegurar que ella ha notado mi nerviosismo, así que estoy jodido.¿Qué le puedo responder? ¿Debería mentirle y hacerme el pendejo? O simplemente contestarle que, de hecho, sí me besó. Eso sería lo correcto y no tiene por qué salpicarme a mí porque fue ella quien hizo el movimiento, no yo; sin embargo, yo le correspondí y, ¡demonios!, ¡qué beso que estuvo rico!Esto está mal, muy mal. Se supone que yo la superé y que ya no tengo sentimientos por ella, entonces, ¿qué demonio sucedió? ¿Por qué le correspondí? No solo eso, ¿por qué diablos me gustó?Es que fui un idiota al dejarme llevar por esa linda boquita que tanto deseé en el pasado. No sé la razón de ella besarme, quizás deba atribuirlo al alcohol, pero y ¿yo? ¿Qué maldita excusa tengo? ¡Con un demonio!—Bratt, ¿no me piensas responder? —pregunta con temblores en su voz. Sus ojitos se han cristalizado y sus labios están a punto de formar un puchero todo tierno, así como lo es ella. La conozco,
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