(Veinte años después) Ekaterina Evans Ver mi reflejo en el espejo, me hace sentir orgullosa de lo que he logrado con tanto esfuerzo y dedicación. Ser modelo y estudiante de ingeniería informática no ha sido nada fácil, ha sido un camino muy duro por recorrer, pero finalmente estoy recogiendo el fruto de lo que he cosechado. El apoyo incondicional de mis padres ha sido de gran ayuda, ellos me han motivado a luchar por alcanzar mis metas y cumplir mis sueños. No voy a negar que mi padre al principio se opuso a que fuera modelo, se negaba a aceptar que los hombres vieran a su hermosa princesa en poca ropa, esto desencadenó una terrible discusión hasta el punto de que me fui a casa de mi amiga Sharon por unos días. Solo estaba dándole tiempo de recapacitar y para ello contaba con la ayuda de mi madre y mi hermano Eiker. —¿Estás lista princesa? —interroga Eduardo, el mejor amigo de mi hermano e hijo de la secretaria de mi padre ingresando al camerino. Tenerlo aquí me hincha el corazón,
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