—Rodrigo. —escucho que me llaman, pero la voz se siente temblorosa—. Despierta, no me siento bien.De repente abro los ojos al sentir una mano que se posa en mi pecho, pero no lo hago por el tacto sino por lo caliente que se encuentra. Se siente como lava ardiendo y es cuando me doy cuenta de que mi reina está bañada en sudor.—¿Qué tienes, amor? —pregunto con preocupación estando al borde de un colapso nervioso.—Tengo mucho frío. —logra decir mientras sus labios tiemblan sin control.Me levanto de la cama de un salto, la tomo entre mis brazos para llevarla al cuarto de baño. Su piel se encuentra enrojecida y es producto de la fiebre. La meto con cuidado en la bañera mientras esta se llena con agua fría.—Todo va a estar bien, amor. —entro con ella a la bañera, sentándome tras ella—. Verás que los voy a cuidar, los amo mucho y no quiero que nada malo les pase.—Tengo mucho frío amor. —dice con voz temblorosa—. Abrázame, por favor.Me quedo asombrado ante esa palabra, muchas veces ima
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