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Todos los capítulos de La amante de mi jefe : Capítulo 1 - Capítulo 10
64 chapters
Eduardo Walton Ferrero
Vivo en un lujoso apartamento que él compró exclusivamente para mí. Aunque tengo joyas, lujos, carros y una casa, como mujer de clase baja, me siento incómoda con todo lo que tengo a mi disposición.Soy empleada en una destacada empresa de Londres, mi salario es bueno, pero no es suficiente para cubrir todos los gastos, especialmente cuando debo ayudar a mi abuela con medicamentos costosos. Mi vida dio un giro inesperado hace un mes cuando él entró en mi vida. ¿Cómo debería sentirme siendo "la otra"?A pesar de sufrir, no es fácil para mí. Lo que me duele es tenerlo en mi cama y en mi corazón, mientras me pregunto si él me tiene en el suyo, aunque sea en una esquina fría y dura. No entiendo por qué prefiere estar conmigo en la cama si tiene a una mujer hermosa a su lado con la que planea casarse. ¿Qué soy exactamente para él? No puedo entenderlo, y su forma fría de tratarme me confunde. Parece utilizar mi cuerpo según su necesidad. Aunque lo amo, no puedo comprender sus pensamientos; s
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Un masaje para el jefe
Regresé a mi puesto de trabajo como de costumbre. Mis compañeras me preguntaron sobre la decisión del jefe, y les compartí lo sucedido. Su sorpresa fue evidente cuando mencioné el tema de mi vestimenta; estoy segura de que a partir de ahora cambiarán su forma de vestir. Las conozco bien.No tuvimos muchas conversaciones, ya que está prohibido perder el tiempo en charlas poco productivas. Con el nuevo jefe, debemos seguir las reglas con más rigidez; al menos el señor Tyler solía sonreír.Llegó la hora de salida del personal, y todas se estaban marchando. Incluso me invitaron a ir a beber a un bar, pero tuve que rechazar la oferta, ya que debía quedarme con el señor Walton para finalizar algunos asuntos urgentes. Acababa de asumir su cargo, así que había mucho por hacer.Además, no disponía de dinero para pagar bebidas. Lo que tenía lo acababa de gastar en el alquiler de mi modesto apartamento. Agradezco vivir sola; aunque mi abuela reside con mi abuelo, soy la única responsable de los g
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No eres mi tipo
—Señor Walton, ¿qué hace por aquí? —pregunté, sorprendida. Me dio una mirada severa y tomó mi mano. Estábamos a punto de subir a su auto, pero me solté. No podía arriesgarme; estaba completamente empapada y su auto también se mojaría.—No seas terca, está lloviendo fuerte y puedes enfermarte. Te dije que no debías venir caminando —comentó. Quizás debí aceptar su oferta desde el principio, pero ahora la situación era diferente; mi ropa estaba empapada.—Lo sé, pero no puedo entrar a su auto. Mi ropa está demasiado mojada, ya me alcanzó la lluvia y no hay vuelta atrás. Debería seguir su camino; además, se está mojando por mi culpa —respondí. Aunque él tenía un paraguas, las gotas de agua lo salpicaban. Vi que frunció el ceño; evidentemente, se molestó.—Sube al auto ahora. Es una orden. Si no lo haces, te despido por desobedecer. ¿Es eso lo que quieres? —Sí, estaba molesto. No tenía otra opción; aunque estuviéramos fuera de la compañía, seguía siendo mi jefe y podía tomar decisiones que
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Un beso y un rechazo
A la mañana siguiente, me desperté somnolienta, sintiendo mi cuerpo adolorido, aunque no era por haber dormido en el sofá.Al abrir mis ojos, noté que mi cabeza descansaba en el pecho del señor Walton. Él tenía mi cuerpo bloqueado con el suyo, estábamos tapados con la manta y muy acurrucados. Mis ojos se abrieron al darme cuenta de la situación con mi jefe, pero no podía moverme; el señor Walton me tenía agarrada por la cintura fuertemente. ¿En qué momento sucedió todo esto?.Permanecí quieta, sin moverme, y observé su rostro. Incluso dormido se veía guapo. Podía apreciar sus pestañas largas y sus cejas gruesas. Nuestras caras estaban muy cerca, y mi corazón casi se detuvo al sentir su respiración. ¡Necesitaba salir de aquí!.A pesar de eso, no pude resistirme. Posé mi mano en su mejilla, tocándolo suavemente. No tenía barba, lo que lo hacía ver perfecto. No sabía su edad, pero parecía joven y me gustaba mucho.No podía dejar de mirarlo mientras dormía, aferrado a mí como un niño que d
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El jefe te mandó a llamar
Después de salir de su apartamento, opté por tomar un taxi que rápidamente me llevó a mi edificio. Al entrar, respiré aliviada, aunque ahora me sentiré incómoda cada vez que lo vea a la cara. Además, me molesta la manera arrogante en que se expresa.Una vez en la ducha, me di un baño y salí envuelta en una toalla. Necesitaba encontrar un nuevo conjunto en mi armario, aunque no veo nada malo en mi estilo, debo seguir las órdenes de mi jefe.Entre las opciones disponibles, elegí una falda de tubo que llega justo encima de mis rodillas, ni demasiado larga ni reveladora. Combiné esto con una elegante camisa blanca que ajusté por dentro. Luego, me puse unos tacones de aguja altos y sequé mi cabello negro y liso. Mis ojos, de color miel, según mi madre, son únicos; la extraño mucho.Terminé de arreglarme y al revisar la hora, noté que estaba llegando un poco tarde, culpa del señor Walton. Sin preocuparme por preparar desayuno, tomé mi bolso y llaves, salí de mi apartamento y abordé un taxi p
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El deseo de mi jefe
Me levanté de mi asiento y ajusté mi falda; mis piernas temblaban y un mal presentimiento me invadía. Ojalá fuera solo algo relacionado con el trabajo. Desde ayer, nuestra relación se volvió más íntima, pero opté por actuar como si nada hubiera sucedido, tal como él me pidió.—¿Me llamó, señor Walton? —pregunté al entrar a su despacho.—Así es, cierra la puerta —ordenó al levantarse de su asiento, obedecí y cerré la puerta tras de mí.—Te ves muy bien con tu nuevo atuendo —dijo acercándose a mí. ¿En serio me llamó solo para eso?.—Oh, muchas gracias, señor —respondí manteniendo la compostura y ocultando mis nervios.—¿Por qué te fuiste sin avisar esta mañana? —siseó frunciendo el ceño.—Usted estaba hablando por teléfono y no quería interrumpir, ¿hice mal? —Ante mi respuesta, suspiró pesadamente, sin entender bien su reacción.—Hiciste bien. Esta noche quiero que vengas a mi apartamento —mis ojos se abrieron ante la inesperada petición. ¿Estaba loco?.—¿Perdón? ¿Qué se supone que debo
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Maximiliano
Las chicas y yo nos dirigimos al baño para retocarnos un poco con maquillaje. Personalmente, no apliqué mucho en mi rostro; me gusta mantenerme natural.Luego, salimos de la empresa y tomamos un taxi que en pocos minutos nos llevó a un bar. Parecía un lugar frecuentado por personas adineradas. No sé en qué estará metida Amanda que se relaciona con este tipo de gente.Al ingresar, unos hombres nos hicieron señas, especialmente a Amanda, a quien ya conocían. El ambiente era agradable, con buena música y personas bailando, además de disfrutar de sus bebidas.Nos acercamos a la mesa de esos hombres. Amanda los saludó con confianza, mientras Lilian y yo simplemente nos presentamos sin tener contacto físico.Ellos nos ofrecieron bebidas, de las más caras. Al parecer, son ricos, y juzgo esto por su elegante apariencia.Uno de los hombres no apartaba la mirada de mí, lo cual me hacía sentir incómoda. Es guapo, pero no es mi tipo de hombre. No hay quien reemplace a mi guapo y sexy jefe.—Dime,
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Aprovechado
Max me ayudó a mantenerme en pie mientras luchaba por caminar. Nunca volveré a cometer el error de mezclar diferentes tipos de licor; esta sensación es insoportable en mi estómago y cabeza. Mañana, probablemente enfrentaré una resaca, espero poder convencer a mi cuerpo de levantarse y librarme de las cobijas.Llegué a la puerta del baño con Max esperando afuera. Al entrar, noté que estaba vacío. Intenté vomitar en uno de los cubículos, pero la sensación fue horriblemente desagradable.Al levantarme, respiré profundamente y parpadeé varias veces. Salí del cubículo y fui hacia el lavabo. Abrí el grifo, enjuagué mi boca con un poco de agua y luego me dirigí al dispensador para tomar un trozo de papel de baño. Después de secar mi boca y manos, arrojé el papel al bote de basura. Me apoyé en la encimera, observándome en el espejo. Mi aspecto reflejaba el malestar de la ebriedad; nunca antes había experimentado algo así. Es en este momento que lamento profundamente haber bebido tanto y mezcla
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Amor a primera vista
Lilian y yo salimos del bar sin preocuparnos por dejar a Amanda con ellos. Según lo que nos ha contado, son muy cercanos, pero estoy convencida de que ese tal Luke es su pareja, y eso no me lo puedo sacar de la cabeza. Además, estoy segura de que la va a cuidar; aunque no lo conozco, parece ser una buena persona.—Oye, Lilian —la llamé cuando nos detuvimos en la orilla de la vereda, esperando un taxi—, ¿cómo se llama el chico que se ofreció para llevarte?—Oh, él, se llama Carter —respondió mirando a los lados—. ¿Por qué lo preguntas?—Simple curiosidad. Solo sabía los nombres de los otros dos, menos el de él. Son agradables, menos Max —bufé fastidiada mientras trataba de mantenerme en pie.—¿No te agradó Max? —cuestionó con una ceja arqueada—. Te veías muy a gusto con él; pensé que se llevaban bien.—Las apariencias engañan —comenté—. No es lo que parece. Ya viste cómo me quería comer con la mirada. Aunque es amable y tiene buena vibra, es muy aprovechado.—Pues Carter fue muy caballe
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Ella viene conmigo
Cuando los vi irse, giré para ver en dirección al auto de mi jefe, o no sé si sea de otra persona y yo me esté confundiendo, pero el auto seguía en el mismo lugar.No le di más importancia y me volví para marcharme. Sin embargo, el agarre de alguien en mi brazo me hizo detenerme al instante.—¿Qué crees que estás haciendo? —cuestioné, frunciendo el ceño al ver a Max detrás de mí con una sonrisa lobuna.—Pensé que te habías ido —comentó y me soltó del brazo—. Al parecer, ya te sientes mejor.—Eres un sinvergüenza —escupí, cruzando los brazos en mi pecho—. Me hablas después de lo que me hiciste. Bebí todo ese licor por tu culpa.—Pero no te obligué —se encogió de hombros, restándole importancia.—Pero sí me besaste a la fuerza —le recordé, aunque sé que lo tiene presente, el muy idiota, lo digo por la manera en que me mira y esa m*****a sonrisa en su cara que no se le borra.—Oh, eso... —pausó pensativo—. ¿Quieres repetirlo? —sonrió pícaro. Este hombre me está sacando de mis casillas, y
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