Andrea entró en casa de Vittorio sintiéndose prisionera. Se preguntó si debía decirle cómo se sentía, admitir que todavía lo deseaba. Pero siempre temía perturbar la paz de Natalie. Loki y Thor acudieron a recibirla. Tomándolos, los abrazó y fue al salón. Pero se quedó paralizada al ver a Vittorio de pie, en medio de la habitación, descalzo, con la camisa desabrochada y un vaso en la mano. Se acercó a él, y al ver que parecía inquieto, preguntó: —¿Pasa algo? ¿Está bien Dora? - en lugar de contestar, Vittorio dejó el vaso en una mesa y dijo: —Deja los gatos en el suelo, Andrea por favor - ella obedeció mecánicamente y, al alzar la mirada hacia él, vio que se aproximaba lentamente. Con voz ronca, le oyó decir: —Llevo cuarenta y una noches aguantando, Andrea. Pero se acabó, no lo soporto más - ¿Había contado las noches desde que habían hecho el amor? —Vittorio... - no pudo decir más porque él la tomó en brazos y la llevó hasta su dormitorio, hasta su cama. Antes de que pudiera recupe
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