La sensación de calidez y seguridad que le transmitía el señor Duncan fue llevando a Rosalin a un estado de sopor y pronto se quedó dormida.Viendo a Rosalin dormida, no podía menos que sentir ternura por una mujer que toda la vida le había tocado luchar, aparentar fortaleza cuando en realidad era tan frágil. Necesitaba protección y seguridad para seguir viviendo en su mundo hermoso, un mundo, que él le arrebató por un momento, pero que estaba dispuesto a recuperarlo, sobre todo ahora que estaba embarazada. Pronto, el señor Duncan también se quedó dormido, invadido por toda aquella calidez y dulce aroma que siempre emanaba Rosalin, una de las cosas que más había extrañado al separarse. Lo único que prácticamente, lo hacía dormir.A la mañana siguiente, Rosalin despertó y al moverse, despertó al señor Duncan, ya que estaba recostada sobre su pecho. Él la tomó de la barbilla y se miraron un momento.-Perdón por todo el sufrimiento que te causé, Rosalin. No sé por qué todo se volvió un
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