—Princesa Elaine de Midgreth, me alegra que este aquí—dijo el rey con tono cordial, sin embargo, por su forma de mirar y moverse estaba mas que claro que los nervios lo estaban consumiendo por dentro.La princesa hizo una breve reverencia que no alcanzo a arrugar su vestido, antes de caminar hacia ellos con pasos firmes.El primo de Damino, Fenrryr era demasiado similar a su primo. Tanto asi que el corazón de la princesa lloro al notar aquella boca gruesa, pero sin hoyuelos a los lados. El cabello también era dorado, pero de un tono un poco mas opaco, casi semejante al cobre, mientras que su mirada no era intensamente oscura, sino que era azul. Azul marino, tan brillante como dos diamantes.La princesa no pudo negar que el príncipe era como mínimo atractivo, sin embargo, no era su príncipe cruel. El no era Damino.—Buenos días princesa, es un honor conocerte—saludo Fenrryr, deslizando su mirada a los largo de todo su cuerpo.Elaine sintió el impulso de golpear su rostro, sin embargo,
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