Andrea no estaba nervioso por saber si Evangelina iba a aceptar a Amber, más bien se estaba muriendo de los nervios porque sabía que la mujer en cuestión seguramente le iba a echar un jalón de oreja, y, con eso, un jarabe de lengua también, y no es que no tuviera suficiente edad como para el mismo tomar sus propias decisiones, solo era que la tal Evangelina Anderson, siempre les dijo: «No me importa que edad tengan, aquí la madre de ustedes soy yo, y seré siempre, así que velaré porque sean unos hombres honorables, y respetuosos con sus mujeres».Cuando llegaron a la mansión, Andrea tomó a Amber por la mano y caminó con ella dentro, Amber temblaba del miedo, ya se imaginaba una señora gorda, de cabellos cortos, y con cara de bruja, pero lo que vieron sus ojos al entrar a la sala la dejaron totalmente asombrada La mujer en cuestión, que debía tener un poco más de cincuenta años, apenas parecía de cuarenta, era tan elegante y hermosa. Su cabello negro, traspasaba sus nalgas, sus ojos g
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