Ella quería creer que todo era un confusión, que la persona que estaba al frente de ella, perfectamente vestida, y con una sonrisa de oreja a oreja, no podía ser la esposa muerta de Andrea, de verdad lo quería creer, pero, al ver el semblante pálido de Andrea, Amber se dió cuenta que era la difunta mujer que estuvo casada con el hombre que ella amaba, aquel hombre que había llegado a su vida de una manera casual, sencilla, y sobre todo sorpresiva, el dueño de sus primeras veces, el dueño de su alegría y… el padre del hijo que crecía en su vientre.Amber estaba estática, sin poder moverse. Lo próximo que vio fue a la mujer acercarse a Andrea y besando sus labios, enfrente de ella, ¡En sus labios! Amber sintió que todo su ser se contrajo, sintió que el aire en el jardín a pesar de lo abierto que era, era poco para la dificultad de su respiración. Agarró la pequeña caja con la prueba de embarazo y la guardó en su espalda. Un nudo se posó en su garganta, quería hablar, pero no pudo articu
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