AetosEl amanecer brillaba en el horizonte, no sabía cuántas horas llevaba sentado en aquel sillón con la mirada perdida a través del cristal de la ventana, las situaciones desagradables que había vivido a lo largo de mi vida para llegar a todo lo que tenía. La lucha constante por un Emporio que me ha hecho sangrar hasta casi matarme, he dejado parte de mi alma en ello para ser merecedor, para demostrarle a quien se suponía era mi figura paterna que era digno de ello. Ahora me preguntaba si realmente había valido la pena tal sacrifico, me olvidé de mi mismo, dejaron de importarme las personas a mi alrededor y lo que sentía era absolutamente nada hasta que llegó ella. Ahora no sabía que hacer con ese sentimiento que parecía quemarme, que me hacía querer protegerla de todo y de todos, tal vez por eso no pude seguir en Londres y vine a ella. Había desatado su enojo y seguía sin dirigirme la palabra pero a pesar de eso se quedó conmigo esta noche, en otra habitación pero fue incapaz de r
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