Capítulo cincuenta y dos; Mis suspiros.
—¿Qué planes tienes para cuando vuelvas, Tania? –cuestiona Adán, el padre de Leah mientras comemos lo que catalogué como el mejor postre del mundo. —Alexey y yo nos tomaremos unas vacaciones para conocer a sus padres.—¿Estás lista para conocer a tus suegros? –cuestiona Lila mientras sube las cejas de manera sugerente.—Si, eso creo. Me da algo de miedo conocerlos y que no me acepten. Pero Alexey ya me tranquilizó acerca de eso. —Ellos no han conocido a otra mujer en mi vida desde lo que sucedió con Emma. Así que cuando les hablé de Tania, ellos se mostraron muy felices y mueren por conocerla. —Me alegro mucho por eso. Es tan increíble ver qué ya no son unos niños. Es decir, no los conocí a todos en esa etapa pero si a mí Leah y todos están en la misma edad y... bueno, casi todos. –señala a Antón y Alexey que son ligeramente más grandes–, en fin, lo que quiero decir es que todos lucen tan maduros que apenas puedo creer que un día fueron tan pequeños y vulnerables —Es la cosa de c
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