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Todos los capítulos de El hombre que yo amo. : Capítulo 51 - Capítulo 60
66 chapters
Capítulo Cuarenta y cuatro; Rusia
Cómo parte de mi rutina, salgo al jardín a sentarme en mi lugar especial a meditar un rato. No les voy a mentir, el aroma fresco del pasto y todas las flores que tengo aquí, le dan a mi alma la paz que necesita. No tengo que pensar, tomar decisiones o hacer nada más que respirar y tratar de calmarme, analizar las cosas, agradecer las que tengo y...El timbre interrumpe, ¿Quién se levanta a las ocho de la mañana y toca la puerta de alguien más? Supongo que alguien que como yo no puede mantenerse más tiempo en la cama. Camino hasta la puerta y antes de hacerlo observo por la mirilla. Alexey está allá afuera con una bandeja en sus manos. Mi corazón se acelera en cuanto lo veo, el respirar me cuesta un poco y no puedo evitar que me suden las manos. Tomo una respiración profunda y me seco las manos en mi pantalón antes de abrir. Una mirada aliviada me recibe cuando lo hago. —Eh, hola. Yo preparé el desayuno y...Lo miro con sospecha mientras habla y habla, sonrío cuando lo veo balbucea
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Capítulo Cuarenta y cinco; Un error
Jess, se ofreció a llevarme a comprar algo lindo para esta noche, estoy nerviosa no solo por el hecho de que será mi primera noche de fin de año estando lejos de todo lo que me rodeó en algún momento, mi casa, mis padres, mis hermanas, sino por qué está noche la voy a compartir con Alexey, un hombre que conocí hace poco más de un mes de estar aquí cumpliendo un sueño. Es increíble rápido que pasa el tiempo, parece que fue ayer cuando llegue aquí, gracias a la señora Ginebra quien no solo me ayudó a guardar el secreto, también me brindó está casa. Me quedé un poco corta de fondos al comprarla pero valió la pena cada centavo. —¿Qué tienes en mente? ¿Algo que grite "soy cogible y estoy soltera" o algo más atrevido? –cuestiona Jess y yo casi siento que me sonrojo. —¿Qué? ¿Acaso puede haber algo más atrevido que eso? –señaló y asiente mostrándome un vestido que a mí parecer, es un triángulo de tela atado con tres listones delgaditos en la espalda. —Eso diría "no me alcanzó para más" –
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Capítulo Cuarenta y seis; Parte uno
Al llegar a casa de Alexey, Tania lo primero que nota es lo descuidado que tiene su jardín, su instinto solo la hace imaginar todas las posibilidades por hacer en este lugar.—Deja los pensamientos de trabajo para después. –le pide y ella se siente atrapada y termina por asentir. Una sensación de escalofríos recorre su cuerpo al atravesar el marco de la puerta, pero la calidez de la mano de Alexey sobre la suya le devuelve la tranquilidad. —¿Todo está bien? —Solo estoy nerviosa. –confiesa y Alexey le regala media sonrisa. Si supiera que él está aún más nervioso pues después de cinco años, una mujer vuelve a pisar su hogar. —Es una casa preciosa. ¿La decoración es tuya? —No es de lo mejor pero es trabajo honesto. –bromea y el peso en sus hombros se hace aún más grande. No solo está nervioso, está asustado, no quiere que nada salga mal y por un mal entendido ella decida irse de su lado y no dejar que se le acerque de nuevo. —Es preciosa, se nota que tienes buen gusto. Los cuadro
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Capítulo Cuarenta y seis; Una oportunidad
Alexey se detiene frente a la puerta de la que ahora es su habitación y duda en abrirla, no sabe cómo va a reaccionar Tania cuando vea lo que quiere mostrarle, solo rezará para que lo tome bien. —¿Puedes ser completamente honesta cuando lo veas? —¿Muy, muy honesta? —De preferencia.—Muy bien, lo haré. Alexey abre la puerta y le pide a Tania que entre. Ella lo hace y al igual que en el recibidor, la decoración es preciosa, su habitación está llena de pequeños cuadros que seguramente el pintó, observa la rosa que le regaló junto a la mesa de noche y una fotografía de él junto a una chica. Tania no dice nada pero ese detalle la hace sonreír. Podrá haber superado lo que pasó pero las personas siempre seguirán siendo parte de nuestros recuerdos. —Quiero que veas esto. –Alexey toma la mano de Tania y la lleva hasta la ventana. Ella puede observar su jardín desde aquí, el lugar donde justamente le gusta leer y beber café. Sus manos se mantienen unidas y eso la pone un poco nerviosa, s
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Capítulo Cuarenta y siete; Parte uno
—¿Dónde pongo esto, Tania? –cuestiona Antón mientras hace malabares con algunas cajas de suculentas. —Ponlas en la mesa del fondo por favor Antón y ten cuidado, algunas tienen espinas. —De acuerdo. —¿Donde ponemos los listones Tania? –hablan al unisono Elian y Emiliano. —Junto a los globos y hay que empezar a inflarlos. El que haga más se gana una sorpresa. –aseguro y ambos corren por el lugar gritando felices. Realmente son dinamita esos dos. Siento que soy abrazada por la espalda y grito cuando comienzo a dar vueltas. Pongo los pies en en piso y me gira para verlo. Su sonrisa me hace sonreír a mi, me abraza y deja un beso en la punta de mi nariz. Tiene una regla sobre no besarme en los labios cuando los niños estan aquí. Ellos son demasiado curiosos y les encanta estar vigilando nuestros movimientos a pesar de que Antón ya les explicó que es normal que los enamorados hagan eso. Por supuesto que nuestra relación no fue secreta por qué para empezar Alexey gritó a todo pulmón qu
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Capítulo Cuarenta y siete parte dos; Encuentros incómodos
—¿Estás lista para adornar la boda más importante de tu vida? –cuestiona y asiento sintiendo emociones mezcladas.—Estoy nerviosa. –confieso–, es la boda de mi hermana y quiero que sea perfecta. —Lo será, he visto el talento que tienes y sin duda quedarán encantados con tu trabajo. Traje las tarjetas para ponerlas en las suculentas, las olvidaste en la mesa. —Oh por dios, ¿En serio? Qué cabeza la mía. Por fortuna te tengo a ti, que no es capaz de salir de nuestra casa sin revisar dos veces más que todo vaya en su sitio. —Se oye tan tierno cuando dices "nuestra casa" es como si estuviese viviendo un sueño. —Pero soy real, jamás he visto sueños tan bien hechos. Alexey besa mis labios apenas un poco y los gemelos comienzan a hacer ruidos de burla, Alexey se pone todo rojo y es tan tierno por qué su piel es tan blanca que logra verse aún más rojo que de lo normal. —Iré a traer lo que falta, no te vayas sin mi. —No iría a ningún lado sin ti, por eso estás aquí conmigo. –aseguro enre
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Capítulo Cuarenta y ocho; te amo
Lila entra a la recepción con el vestido de novia más hermoso que he visto en toda mi vida. Lleva una sonrisa llorona en sus labios cuando me ve, ni mi padre ni mi madre están aquí, el esposo de Sarah es quien la está entregando a Anthony, quien la espera emocionado en la mesa donde está el juez. Apenas puedo creer que mi hermana se esté casando. Imaginé muchas cosas imposibles pero no está debido a que ella juraba que no lo haría jamás, sin embargo ahora está aquí, a punto de convertirse en la esposa de Anthony, el hombre con el que pasó las mejores experiencias de su vida y el cual la abandonó en una isla. Solo de recordarlo me divierte, será una buena historia para contarle a mi sobrinos cuando decida tenerlos. Siento la mano de Alexey tomar la mía y bajo la mirada. Enreda sus dedos con los míos y levanta nuestras manos hacia sus labios. Deja un beso tierno sobre ella y yo me derrito completa. Alexey es tan lindo que apenas puedo creer que haya podido coincidir con él en este mu
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Capítulo Cuarenta y nueve; afortunada
—Alexey, no te robes toda la atención. –pide Anthony llegando hasta nosotros.—Es lo que menos quiero. —Necesito que me ayudes con algo, ¿Puedo robarme a tu novio? –cuestiona Anthony y yo asiento. —Volveré pronto. –me dice y yo dejo un beso sobre sus labios antes de que Anthony lo aleje de mi. Camino hasta la mesa pero antes de llegar me detengo en la barra y tomo una botella de agua. —¿Estás feliz? Bailando con ese idiota delante de todos. Presumiendo su romance de película mientras les aplauden festejando que conseguiste a alguien mejor. ¯Estas ebrio, deberías irte. —¿Y ahora tú me vas a dar órdenes? ¿Tengo que obedecer y ya? No eres mi jefa. —No estoy tratando de darte órdenes, Damián. Solo no quiero que arruines la noche de mi hermana con tu imprudencia.—¿Le llamas imprudencia a mi dolor? –cuestiona molesto mientras me toma por los hombros de manera violenta–, ¡Me dejaste cuando más te necesitaba! —¡Me alejaste cuando yo más lo hacía! –respondo zafandome de su agarre-, no
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Capítulo Cuarenta y nueve parte dos; Niñeros
—¿Cómo fue que accedimos a cuidar a los gemelos? –cuestiono mientras Elian y Emiliano corren por el parque. —Leah secuestró a su padre. Al parecer quedó enamorada de Antón y bueno él está muy emocionado. –responde Tania como si para ella hubiese sido tan obvio. —Antón siempre ha sido un buen hombre. –aseguro y su mirada repara en mi. —¿Cómo sabes eso? ¿Eran amigos o algo así? —Bueno no, pero Emma y él se conocían desde hace mucho tiempo. Fueron amigos desde la preparatoria, luego coincidimos en el vecindario. Claro que yo no era muy sociable pero jamás le impedía que ellos dos hablarán. Al parecer a su esposa no le hacía gracia su amistad. Emma siempre quiso congeniar con ella pero no pudo. —¿Dirías que Antón es buen partido para Leah? —Desde que ella lo dejó con los gemelos no hizo más que dedicarse a ellos. Emma estaba enamorada de ese par de niños. Solo pudo disfrutarlos un año. Ella estaría feliz de ver lo grandes que están ahora. —Seguramente ella lo está, desde donde se e
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Capítulo cincuenta; Lento
—Muchas gracias por cuidarlos Tania. —En realidad Alexey fue quien los cuidó la mayor parte del tiempo. No pude seguirles el ritmo, son una barbaridad. —Sí, son dinamita pura. No en vano parezco su abuelo.—Para nada, pero entiendo a que te refieres. Yo con un día siento que envejecí por lo menos dos años de la espalda. –aseguro y ríe. —Es un buen hombre, Alexey. Nunca conocí a alguien mejor para Emma que él. Y mira que ella era un imán para hombres, pero el ruso de cara bonita la conquistó.—¿Ella era bonita? –cuestiono y Antón me mira divertido. —Realmente no, o sea no me lo tomes a mal pero Emma no era bonita, pero lo compensaba su manera de ser. Era la persona más dulce que pude conocer en la vida, ella...me ayudó con los niños cuando nacieron por qué mi ex no quería saber nada de ellos. Fueron como sus hijos por un momento, luego se embarazó y todo se complicó. Alexey no volvió a ser el mismo desde que ella se fue. —¿La amabas mucho? —Como no tienes idea, Tania. Pero ella n
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