Todos estaban contra el reloj, el Dr. Octavio, sale en busca de su amigo Felipe y su colega la doctora Olga. Debe tener su palabra, que no dirá nada si llegan a interrogarla, ya que ella estaba de turno junto con él, el día que ingresaron a Alma. Está consciente de lo que va a hacer, pone en riesgo su profesión por la que tanto se quemó las pestañas..., Sin embargo, esto vale más, porque siente que hace lo que nadie hizo por su madre, que murió en manos de su padre; dicho hombre nunca fue condenado por ser marino de alto nivel. Es realista y sabe que esa joven, que no tienen ventajas delante de aquella bestia, así como nunca la tuvo su madre. Al salir todos lo miran esperando que diga algo, respira profundo…, ya no tendrá marcha atrás.—Señores, policías, militares y amigos. Les pido que abandonen la sala, ya que la paciente no puede tener más visitas. Acaba de tener una recaída, su arritmia es severa y hace pocas horas, tuvo una reanimación. Si aún, no están enterados —se cruza de b
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