Las horas pasaron y no entre más en la habitación de Alma, me fui a dar una ducha y regresé a esperar a su amiga que llegará dentro de unas horas. Felipe luce cansado también, le pedí que se marchará, pero, no quiso. Aún no han llegado las autoridades y eso es extraño, ni tampoco servicios sociales.Estoy sentado con la cabeza entre mis manos, pensando que haré, no puedo dejar que regrese con ese hombre su amiga debe ayudarme a convencerla. Pienso también en la niña me llamó hace unas horas, quiere ver a su madre, no quiero traerla, siento algo en mi pecho.—Serch, deberías llamar a Sam. Creo que el mastodonte que viene ahí, es el esposo de Alma — levantó la mirada y, se me revuelve el estómago, cuando mis ojos caen en ese animal. Está vestido muy formal, y tiene tres hombres a su lado, que parecen unos mismos matones. Le grita a la enferma que está en la recepción y ella no sabe ni cómo responder, me levanto de prisa y caminó hacia él, pero Felipe me detiene.— ¡Detente, Sergio! ¡N
En sus ojos no había una chispa de vida, solo miedo y tristeza en sus pupilas. Le sonrío con cariño y paso mi mano por su cabello. —Alma, si confiaste en mí. En el momento que enseñaste a tu hija mi número de teléfono. Confía en mí de nuevo. No estás sola... No están solas — limpio las lágrimas que salen una a una y corren por su sien—, tengo miedo…—No lo tengas, yo estoy contigo... Es hora que le pongas fin a todo esto — beso su frente y su amiga solloza a un lado nuestro.El tatuaje que tiene en su mano no deja de darme vuelta en la cabeza, debo informar al detective. Aunque puede ser una jodida casualidad y sino lo es. Yo mismo lo mataré y lo alejare de Alma. —Le pido que entre las autoridades — le pregunta con cautela Mel, a Alma y ella asintió, tomando mi mano con fuerza—. Sí… Alma CastilloSu voz me hizo desvanecer en la camilla. Mi cuerpo dolía de manera extrema, estoy viva de milagro. Observó su gran altura a mi lado, y sus ojos azules me ta
Todos estaban contra el reloj, el Dr. Octavio, sale en busca de su amigo Felipe y su colega la doctora Olga. Debe tener su palabra, que no dirá nada si llegan a interrogarla, ya que ella estaba de turno junto con él, el día que ingresaron a Alma. Está consciente de lo que va a hacer, pone en riesgo su profesión por la que tanto se quemó las pestañas..., Sin embargo, esto vale más, porque siente que hace lo que nadie hizo por su madre, que murió en manos de su padre; dicho hombre nunca fue condenado por ser marino de alto nivel. Es realista y sabe que esa joven, que no tienen ventajas delante de aquella bestia, así como nunca la tuvo su madre. Al salir todos lo miran esperando que diga algo, respira profundo…, ya no tendrá marcha atrás.—Señores, policías, militares y amigos. Les pido que abandonen la sala, ya que la paciente no puede tener más visitas. Acaba de tener una recaída, su arritmia es severa y hace pocas horas, tuvo una reanimación. Si aún, no están enterados —se cruza de b
Mientras Samantha hacía su magia en el registro. Felipe llega junto a Mel en la casa de la nombrada. Saca las llaves de Sergio y al entrar, ven que todos los muebles están dispersos y la música de HI5 – 5 sentidos, inunda la estancia. Marc y los niños están bailando haciendo todo lo que pasan en la TV. Felipe niega, y carraspea muerto de vergüenza. —En serio, no piensas madurar —le cuestionó.—Ni que fuese plátano, para madurar — contraataca burlón, Marc.En eso la niña gira y sus ojos azules caen en Mel. Corre hacia ella y su hermoso cabello dorado revolotea.—Madrina... — chilla y se lanza en sus brazos.—Mi preciosura, mi bebé, como te extrañe. ¿Estás bien?, ¿Dime te han tratado como una princesa? —La pequeña se oculta en su cuello, no quiere responder ni levantar su carita, Mel le acariciaba su espalda —Bebe... Ya estoy aquí, todo estará bien.—Mi mami, lloró mucho... Grito, muy feo..., mi mami. Mel, el señor... El monstruo, daño a mi mami. — solloza y Felipe busca su rostro y q
Sergio Gerber Llegó el momento y mi corazón late fuerte. La llevaré lejos de ese infierno donde lleva años viviendo. Falta poco para la media noche, los pasillos están solitarios, hace dos horas se dio el último recorrido, estoy esperando a Octavio sentado afuera de la habitación de Alma, Felipe nos espera en la salida de emergencia en mi coche.Se escuchan unos pasos apresurados y me hacen levantar la mirada, es Octavio trae reposando en su antebrazo, un vestido de color azul y una abrigo.—Sergio, llegó el momento —Está sudando —, nunca había sido un criminal, pero soy de los buenos ¿verdad? Río por eso y lo abrazo con agradecimiento.—Déjeme decirle Dr. Octavio Montenegro, que es el criminal más bueno que existe. No debe preocuparse —digo con seguridad, posando mi mano en su hombro. Se limpia el sudor con un pañuelo que saca del bolsillo de su camisa. —Amigo, tienes unos diez minutos o menos para que cambies a Alma, no puede irse mostrando el trasero con la bata — Me entrega el a
Las palabras de Alma no dejaron de sonar en mi cabeza, pero de ser eso posible, ¿podremos ser felices a cuestas de todo las cicatrices que llevamos? La verdad no sé. Si logro que solo ellas lo sean, será más que suficiente para mí.Quería quedarme, pero debía volver para la clínica, no puedo dejar a Octavio con todo esto. Le pedí a Felipe que las cuidará, aunque nadie conoce ese lugar, estoy más tranquilo al saber que él está con ellas. Al salir de la habitación busqué en el closet algo de ropa y la tímida mirada de Alma no se apartaba de mí, dedujo que esa es mi habitación. Le sonreí con cariño antes de salir y entrar a otra de las habitaciones, pasando al frente de la que duele más, nunca volví a entrar en ella. Si lo hiciera creo que mi mundo se detendría y todo acabaría para mí. Minutos después me encuentro conduciendo camino a la clínica y le marcó al detective Sandoval y no tarda en contestar mi llamada.—Señor Gerber... ¿Cómo ha estado? Hacía mucho que no recibía una llamad
Alma Castillo Como la vida puede herir a un hombre como él, se nota que su dolor aún está palpitante y vivo, sus ojos lo delatan. Perdió a su esposa y está debe ser su casa. La vida es tan injusta, que afortunada debió ser, por haber conseguido un hombre respetuoso, protector y humilde de corazón. Soy una desconocida que ayudó una noche y sin pensar que terminaría siendo mi salvador, no he podido dormir, miró a mi hija solo quiero que despierte y ver sus hermosos ojos llenos de inocencia mi bebé..., cuánto has sufrido por mi culpa, por no haber sido lo suficientemente valiente para irnos lejos, lo intenté una vez y no tuve voluntad, para hacerlo de nuevo.Alana se mueve bruscamente en la cama y acarició su cabello, sus labios forman un puchero.—¡No, no, no! ¡Deja, no! — llora y chilla retorciéndose con la frazada que la cubre, está teniendo una pesadilla—. ¡No lastimes a mami, no señor por favor! ¡Noo... Mami, no! — sus bracitos están tensos a cada lado de su cuerpo, el miedo cruzab
Sergio Gerber Salí de la habitación cargado de tristeza, creo que la estoy forzando y confundiendo con todo lo que digo. No quiero que después deseé huir de mí, trataré de no hablarle más de lo que siento, así me muera por hacerlo, tal vez piense que todos los hombres somos iguales, pero no, no así. No soy como ese animal y menos la haría sufrir de tal forma, ver sus ojos oscuros hace que mi corazón se acelere, no pedí sentir esto, jamás pensé que volvería abrir mi corazón a alguien... Nada más esperaba la hora de irme de este jodido mundo y creo que ese día, estaba decidido a tomar yo mismo mi boleto de partida y ella se cruzó en mi camino, me salvó de alguna u otra manera. Porque desde ese día, solo ella abarcó mis pensamientos.Escuchó a Felipe, reír con Alana vienen entrando en la casa y en eso Felipe le susurra: —Mira quién está ahí, Alana.Gira su rostro hacia donde estoy y sus labios forman la sonrisa más sincera y sus ojitos se llenan de lág