Las mujeres apretaron los dientes y se dieron la vuelta sin poder contestar nada más, aunque no faltaron las ganas de seguir contestando a Julián.—¡Ya está decidido! Voy a cuidar a mi nieto como si fuera de oro —dijo muy decidido, acercándose al niño—. Es una belleza, no quiero que te vayas, quiero te quedes a vivir aquí.—¡No sueñes con eso, padre! Lo que menos quiero es tenerte viviendo conmigo, ¡ni siquiera podré besar a Lucía! —Respondió Alexander completamente agitado—. Quiero vivir con mi familia, ya era hora de que hiciera algo bien, Mike no me va a salvar el culo todo el tiempo.—¡Eso es cierto! Tengo mi propio negocio que atender y hablando de negocios, tengo que irme ahora.Y así, todos nos despedimos de él, más yo que los demás, mi corazón estaba profundamente apesadumbrado después de tanto tiempo sin verlo.Finalmente lo vi salir de la misma manera que lo hizo esa vez... desde la ventana, Alexander me vio de la misma manera desde el marco de la puerta y finalmente se fue
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