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Todos los capítulos de Una virgen para dos CEO: Capítulo 61 - Capítulo 70
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¡Todos los hombres son iguales!
—¿Cómo porque me estas evitando florecita? —pregunto él, acercando su rostro a mi oído susurrando aquellas palabras.—N-no te evito, es solo que… me pone de los nervios estar a solas con un hombre…—¿Te violaron o algo? —volvió a preguntar sin ningún cuidado, esta vez retrocediendo el paso.Negué tímida y cerré la puerta para entrar a abrigarme, el frio que hacia al oscurecer era increíble.—Solo es enseñanza de mi familia… —puse los ojos en blanco y bufe—. Ellos decían que una mujer no se puede quedar a solas con un hombre, ni comprometido ni sin comprometerse.Camine hasta la sala para sentarme en el sofá en donde estaba antes sentado Mike, con el caminando detrás de mí hacia el mismo lugar.—¿Y porque tus padres te enviaron aquí sabiendo que vivía solo? —Me pregunto con ironía—. Si son de tal modo no es normal que lo hagan, ¿o en este caso si lo es?Mike había dado en el blanco. Mis padres querían, aparentemente, involucrarme de algún modo con la familia Fiore y yo me reusaba por c
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Un doloroso recuerdo
Lo último que vi fue a Mike cerrando la puerta del auto en mi cara y corriendo hacia el asiento del conductor para alejarse de inmediato sin dejarme salir.Sin embargo, tenía otros planes y corrí al asiento del piloto, cerré la puerta y atravesé las cerraduras. Saqué las llaves y me acurruqué llevando mis rodillas a mi mandíbula y mis muslos a mi pecho. Escuché mientras Mike maldecía afuera tratando de abrir esa puerta, golpeando las ventanas del Ferrari con fuerza hasta que lo vi tomar una piedra al costado del camino para tirarla hacia el auto.—¿Qué diablos crees que vas a hacer? —Le grité desde el interior del coche—. ¡Suelta esa piedra, maldita sea!—¿Qué no es obvio? ¡Romperé la maldita ventana y tomaré las llaves! ¡Eres una maldición cuando pensé que eras una bendición!Los ojos se me abrieron en una clara señal de sorpresa, ¿acaso dijo la palabra “bendición” y había acabado de cambiarla por “maldición” refiriéndose a mí?—¡Deja de ser estúpido! —le grite encrespada.—¡La estúp
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Mike Fiore, el jardinero
No me atreví a sacar el tema de ir a otro lado o cocinar algo para los dos, solo esperé a que ordenara la pizza y luego nos sentamos un rato en la sala a ver un poco de televisión, mientras mi corazón estaba en un hilo cada vez que sentí que mi teléfono vibraba en mi bolso después de una llamada entrante o un mensaje de texto de Alexander.Al rato llegó el repartidor con su pedido, me dispuse a compartir con él todo lo que quedaba de la noche. Parecía un hombre tranquilo y razonable siempre y cuando lo mantuvieras encaminado. Creía que mi estadía allí seria agradable después de todo, lo único que necesitaba era volver a empezar y olvidarme de todo lo que había sucedido en Queens.—¿Te gusto la pizza? —una voz familiar me saco de mis pensamientos—. ¿Es la que querías o me equivoque?Mike me hablaba tan normal como si nada hubiera pasado, su boca estaba llena y esos ojos color miel brillaban con intensidad.—¡Sí, me encantó! —respondí emocionada dándole un mordisco a mi trozo, realmente
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La desesperación de Alexander
Mientras tanto, en Queens, Alexander golpeó impasible la puerta de mi apartamento, gritando mi nombre a todo pulmón.—¡Lucia! ¿Estás ahí, cielo? ¡Abre Lucia, necesito hablar contigo! ¡Dame una oportunidad! ¡Te juro que puedo explicarlo!Sin embargo, a pesar de los fuertes golpes en la puerta, no obtuvo respuesta alguna, todo en la casa estaba apagado, un silencio sepulcral agonizaba en el ambiente y las lágrimas de Alexander caían sin parar.De repente se empezaron a encender las luces de las demás casas de los alrededores y se empezaron a escuchar miles de quejas de los vecinos.—¡Ve a dormir ahora!—¡Vete! ¿No puedes ver qué hora es?—¡Sí! ¡Ve a la mansión de tus papis ricos!Y a pesar de los miles de insultos que le decían, Alexander solo podía hacer una cosa, pensar… pensar en una persona, una razón por la cual esa mujer que era especial para él se fue.Una amable señora mayor se le acercó llamando su atención, algo que Alexander le entregó de inmediato.—Señor... eh... ¿cuál es s
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Lucy te ama
Después de que Mike me mostrara esa hermosa habitación llena de pétalos de rosas y con ese exquisito olor en su interior, le agradecí por el gesto para luego decidir irme a dormir inmediatamente después de limpiar la cocina con su ayuda.Recogimos las cosas sucias y dejamos todo debidamente ordenado. Caminé con Mike de nuevo hasta la puerta de esa habitación y nos quedamos uno frente al otro con la mirada perdida en otra dirección.Tenía un amor establecido en mi corazón y él, alguien más estaba esperando que él fuera suyo.—Buenas noches, Mike. —Me despedí con una sonrisa y otro abrazo al que volvió.—Buenas noches, mi querida Lucia. —Se despidió pegando su cuerpo al mío, con su tono de voz suave presionando su nariz contra el puente de mi cuello mientras parecía estar respirando mi aroma.—Mike… —murmure contra su hombro.Solo sentí sus brazos apretando un poco más mi pequeño cuerpo junto con un leve suspiro que me decía que no quería alejarse de mí por nada del mundo.—Nos volverem
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El final de la búsqueda sin fin
El final de la búsqueda sin fin—Lucy te ama, Mike… es fácil saberlo por la forma en que te mira.No respondió en absoluto a mi clara confesión indirecta de Lucy. Una que posiblemente nunca haría con Mike. Solo había un final y en él, no había ninguno de ellos juntos.Mike me miró levemente, oscureciendo sus ojos color miel que brillaban antes como el mismo sol.Y, sin embargo, en ese doloroso momento, se veía tan solo, tan dolido, tan vacío y tan decepcionado.—Sabía de sus sentimientos… —murmuró.—¿¡Qué!?Fueron las únicas palabras que salieron de mi boca antes de que soltara una lágrima que le resbalaba por la cara.—...Ella era mi novia… —murmuró de nuevo y tomó un trago que me pareció amargo—. Ella... se acostó con mi padre a pesar de que me amaba. Sabes que ella trabaja para él, bueno, ni eso se podría respetar en nuestra relación.»Un día fui a llevarle flores y las encontré en la oficina de mi padre…—Espera, espera. —Dije totalmente sorprendida. Sin embargo, no dejó de contar
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Bebe a bordo y un padre sustituto
Los gritos de Mike se podían escuchar por toda la clínica y posiblemente también el sonido acelerado de mi corazón.Estaba realmente asustada con la noticia de un bebé en camino y ni siquiera ver a Mike tan emocionado, abrazándome y dándome vueltas sin dejar de tenerme en sus brazos hizo que me calmara.Cuando Mike volvió a la realidad y dejó de flotar en el aire como si estuviera en las nubes, pudo ver mi cara de angustia y desconcertado me hizo la pregunta que yo temía.—¿Qué sucede, Lucia? ¿No te emociona?La doctora que hacía tiempo que se fijaba en mi cara de pocos amigos y esas continuas gotas de sudor que me caían por la frente de solo pensar en lo que haría con mi vida decidió darnos un poco de espacio, parecía tan desconcertada como Mike. Entendía que el "padre" del bebé estaba más que emocionado, pero la madre parecía inquieta y preocupada cuando debía ser al revés.—Volveré en un rato. —Dijo, agarrando la tabla de resultados en sus manos—. Les doy un poco de espacio, cualqu
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3 meses después
**3 meses después**Pronto llegó otro día de ser una ballena en el futuro, era increíble ver como el tiempo había pasado tan rápido para todos y en especial para mí.El sol entraba por las ventanas de la habitación de Mike, hace una semana que duermo con él porque el bebé ya tenía un movimiento muy activo en el útero cuando él no estaba y eso me impedía poder dormir.No negaba que mi cuarto era precioso, olía delicioso y por supuesto era delicioso dormir allí, pero ese hombre no estaba a mi lado y ya se hacía un problema poder dormir con ese diablito en mi vientre moviéndose sin parar.El reloj de la casa empezó a sonar tan pronto como eran las 12:00 PM, hora en que Mike llegaba a casa del trabajo donde de vez en cuando se desviaba a alguna tienda de comida rápida o panadería para saciar mis antojos y eso solo me daba un aviso : Es hora de levantarse.Me puse una bata de baño rosa que Mike me había regalado hace poco más de un mes, la vi en una tienda y me enamoré, sin dejarme saber y
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Hasta que un día lo encontré por casualidad
El camino estuvo aburrido durante mucho tiempo mientras decidíamos en qué restaurante comer.Al poco tiempo al fin nos habíamos decidido por Asian Garden Restaurant, una deliciosa comida y un buen descanso nos quitarían todo el estrés que teníamos con el día a día.Mike buscó un lugar para estacionar y luego me ayudó a salir del auto. Al entrar por esa puerta, una hermosa chica de cabello negro hasta la cintura y ojos marrones nos dio la bienvenida y luego nos guió a nuestra mesa asignada.Todos y cada uno de los movimientos que hacía cuando Mike estaba cerca simplemente me hacían reír, era obvio que amaba a ese hombre y a juzgar por cómo nos recibió, ya lo conocía de antes.La chica me vio reír e inmediatamente se sonrojó e hizo una reverencia como diciendo: disculpe. Yo solo le sonreí amablemente y le agradecí por su espléndido servicio, seguido de eso, la joven se acercó y me habló al oído con mucha vergüenza en su rostro.—Lamento las molestias, señora, no sabía que estaba embaraz
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Vuelve conmigo
Alexander me miró con inseguridad, analizó todo mi cuerpo de arriba a abajo con cuidado, pensé que no iba a ver mi barriga hinchada, pero agradecí en ese momento que los abrigos y bufandas de Mike fueran lo suficientemente grandes como para ocultarlo.—¿De qué estás hablando? ¿Te recuerdo que fuiste tú quien me mintió, me engañó y se burló de mí? ¿Por qué iba a responderte si me lastimaste tanto, Alexander?Mike abrió los ojos y con una expresión de sorpresa caminó hacia mí rápidamente, parecía que algo en él había reaccionado y protegerme era parte de esa reacción.—¿Él es Alexander Miller? ¡No puede ser! ¡Dime que no!—Sí, Mike, él es Alexander y, sinceramente, no sé qué diablos está haciendo aquí.Pero pronto, unas piernas largas y esbeltas se asomaron por detrás de las suyas. Una mujer… típico, ya nada de él me sorprende.—¡Vaya! Pero parece estar en buena compañía —bromeó Mike, notando lo mismo que yo.—Sí, lo veo. Parece que no me quiere recuperar ni saber de mí, lo que quiere e
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