—¿Alicia? ¡No puede ser lindo, ella no estaba cerca de nosotros! —Manuel negó con esa gota que aún brillaba cerca de su cien.—¿Me estás llamando mentiroso, Manuel? —Arqueé una ceja y coloqué un brazo a cada lado de mi cadera como un jarrón—. Nunca subí a la empresa, por si lo olvidas, tú subiste solo junto con Alexander y yo me fui a casa.—Pero…—¿Cómo podría escuchar algo en un lugar donde no estoy? —Pregunté, interrumpiéndolo—. No es… muy conveniente decir que escuchaste algo sin estar ahí, no es lindo de tu parte insinuar cosas, Manuel.—¡No, no, tu no insinuaste nada! ¿Cómo puedes pensar de mí así? —Respondió con una sonrisa falsa—. Solo digo que es imposible que Alicia lo hubiera hecho, ella no es alguien que haga esas cosas.—¿Te olvidaste de Catering? Ella fue la que me dijo, no sé, Manuel, no me fio de alguien a quien no conozco muy bien o quizás... ¡a quien conozco demasiado!Manuel tragó saliva y dejó su trasero en el sofá de antes, se llevó las manos a la cara y dejó esca
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