Camila—Quiero que pienses con claridad lo que haces, eres muy joven Camila. Demasiado joven para que enfrentes un matrimonio, veintiséis años no son nada para todo lo que te falta por vivir. No conoces a ese hombre, no conocemos sus mañas, su carácter, su personalidad. No sabemos nada sobre él, recién lo conoces, recién sabes sobre su familia. Conociste a su madre el día de esa propuesta que te hizo.—Ya mamá, no daré reversa con la decisión.—Camila, ¿perdiste la cabeza? Ese hombre te lleva como diez años.—Mamá, sabes que esto es un negocio. Nadie habla de amor entre ese hombre y yo.—Sea lo que sea, debes casarte.—No cambiaré de parecer, ya tomé una decisión.Miré el anillo en mi dedo y le di vueltas con los otros dedos.La noche anterior.—Es repentino, ¿Qué más tendrá por decir ese hombre?—Franco, cariño. Ese hombre se llama Franco.Mis padres discutían sobre lo sucedido.—Creo que le estás dando mucha vuelta al asunto, no es un mal hombre.—¿Cómo lo sabes? Tu no lo conoces, n
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