Las manos de Christian empezaron a temblar, con más fuerza, mientras el peso de sus pensamientos le llegaba de golpe con la fuerza de un tsunami.Él era el causante de la muerte de su hijo. El viejo Mars empezó a tambalearse, haciéndose hacia atrás antes de caminar hacia donde la ambulancia ya tenía a su hijo arriba.No, su hijo no podía morir, La ley natural de la vida, era que los hijos entierren a sus padres, no al revés.—Él, no puede, mi hijo no puede morir— se acercó a los paramédicos, ahora parecía haber pedido la razón, ya que tomó de la solapa del uniforme a uno de los paramédicos.—Ustedes deben de hacer algo, pero no pueden dejar que mi hijo muera, ustedes no pueden dejarlo morir.—Por favor, señor, contrólese, haremos lo que podamos. Solo déjenos hacer nuestro trabajo y no puedo permitir que se suba así de alterado a la ambulancia y alguien debe de hacerlo, un familiar debe de ir con nosotros y consentir que realizamos maniobras con el fin de que su hijo pueda salir de est
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